ANTORCHAS ENCENDIDAS: OBREROS DE DIOS
MUNDIALES EN EL SALVADOR
1. ENRIQUE C. BALL 2. JUAN BUENO 3. MELVIN. HODGES 4. FREDERICK ERNEST MEBIUS: FEDERICO 5.
ERNESTO
MEBIUS. 5. JULIO PÉREZ 6. FRANCISCO RAMÍRE ARBIZÚ: PATRIARCA DE LAS
ASAMBLEAS DE DIOS DE EL SALVADOR
ENRIQUE
C. BALL
Personalidad reconocida como fundador de las
Asambleas de Dios en el pueblo hispanoamericano. El Revdo. Ball, nació en
Brooklyn, Iowa, Estados Unidos, el 18 de febrero de 1896. Por el bien de su
salud, la madre y el abuelo lo trasladaron,
a la edad de doce años, al estado de Nuevo México. En ese entonces su medio de
transporte era una carreta arrastrada por dos burritos. A los catorce años, se
convirtió al Señor y se unió a la Iglesia Metodista. Así mismo, recibió un
llamado especial de evangelizar a los hispanos. Se inició con los mexicanos de
Ricardo, Texas; recitan-do la única frase que sabía en español: “Domingo por la
tarde en la escuela”; al menos que le respondieran en inglés, él lo ampliaba. Hizo
la invitación a su primera reunión evangelística. Hno. Enrique C. Ball y otros
obreros del Señor, que asistieron a la
Octava Sesión de la Convención Latinoamericana de las Asambleas de Dios,
celebrada en el Paso, Texas: del 16 al 20 de noviembre de 1924 tica, la cual
realizaría en la escuela. Él esperaba que un buen número de personas llegara,
pero después de sonar la campana varias veces, solamente una señora y un señor
se pre-sentaron. Comenzó cantando el único himno que sabía en español, “Te
Loamos oh Dios”. Luego despidió la reunión, intentando leerles el Padre
Nuestro, en su Nuevo Testamento Inglés - español. El domingo siguiente tocó de
nuevo la campana. Llegó la misma señora, pero esta vez con cinco personas más.
La señora Bazán, decía ser católica y le expresó a Ball que lo que hacía era
solamente por colaborar con él. Más tarde, en una campaña evangelística ella y
otros más aceptaron a Cristo, esto trajo el nacimiento de la Iglesia Metodista
en Ricardo, Texas; formada por once personas, y una Escuela Dominical con 30
alumnos. El Hno. Ball, asistió por primera vez a una campaña de las Asambleas
de Dios y se interesó tanto al oír el mensaje pentecostal, que tres semanas
después recibió el bautismo
en el
Espíritu Santo. Él cursaba la Escuela Superior cuando tuvo esta gloriosa
experiencia. Los líderes metodistas al darse cuenta del asunto, no le
permitieron seguir en su denominación, por lo que ingresó a las Asambleas de
Dios en el año de 1915. Ese mismo año, le aprobaron su ordenación al pleno
ministerio. En una de sus primeras experiencias ministeriales, bautizó a un
grupo de convertidos y ofició la Santa Cena, acto en el cual nueve personas
recibieron el bautismo en el Espíritu Santo. Ball, describió esta experiencia
así: “El fuego descendió esta tarde, interrumpiendo el culto como en casa de
Cornelio” Este evento singular marcó el comienzo de las Asambleas de Dios en el
pueblo hispano de los Estados Unidos, México, Centro y Sur América. Otro evento
significativo en la vida del Revdo. Ball fue la unión matrimonial con la señorita
Sunshine L. Marshal, quien había demostrado su mismo ideal, evangelizando en
México. Ella se constituyó en su fiel compañera y apoyo de su ministerio para
toda la vida. Dicho sea de paso, es la autora del libro “Daniel y Revelación”,
que ha sido tan útil en los institutos bíblicos de las Asambleas de Dios. Entre
las muchas obras realizadas por el Hno. Ball, tenemos: En 1916, además de
construir su primer templo en Kingsville, Texas, comenzó la impresión de la
Revista “La Luz Apostólica”, la que continúo por más de cincuenta años y
posteriormente se convirtió en el órgano oficial de las Asambleas de Dios del
área hispana. Vale la pena mencionar, que ésta fue la revista que leyó el
hermano Francisco Ramírez Arbizú y por
su lectura, indirectamente, se iniciaron las Asambleas de Dios en El Salvador y
Centro América.También en 1916 compiló e imprimió el famoso himnario “Himnos de
Gloria”. El primer tiraje fue de 1,000 ejemplares y luego de 10,000. Más tarde
lo publicó con música escrita. Actualmente se consideran un millón de ejemplares
vendidos, y es usado por diferentes iglesias. Otros himnarios que coleccionó y
publicó fueron: “Arpa y Voz de Salmodia” y “Cantos de Triunfo”. En 1918,
organizó en Kingsville, Texas, la Primera Convención de las Asambleas de Dios.
También, fue electo Superintendente, cargo que desempeñó hasta 1939. Esto dio
base a las Asambleas de Dios de habla hispana en los Estados Unidos,
Latinoamérica y el Caribe.
Del año
1920 a 1940 expandió su ministerio. Reconoció la obra en Cuba. Estableció la
Casa de Publicaciones Evangélica, en San Antonio, Texas, lo cual permitió una
mayor afluencia en la impresión de
literatura evangélica en español. También, en el estado de
Texas,
fundó el Instituto Bíblico Latinoamericano. Colaboró en la fundación del
Instituto
Bíblico
de La Puente, California. Reconoció la nueva obra en El Salvador, Centro
América.
Fue
enviado como misionero a Chile, donde fue nombrado Primer Secretario Ejecutivo
de
las
Asambleas de Dios para América Latina y el Caribe. Estableció una casa de
publicaciones
evangélicas
en portugués y fundó varios centros evangelísticos en Cuba.
En El
Salvador dirigió la primera convención realizada en el Cantón el Guayabo,
Armenia,
Sonsonate, iglesias que más tarde, en la primera reunión anual “Conferencia”,
en el
mes de
abril de 1930, se convertirían en las Asambleas de Dios. Asimismo, vino a
supervisar
el
trabajo que el misionero Federico Blaisdell había iniciado juntamente con el
hermano
Francisco
R. Arbizú, y a evaluar las posibilidades que habían de enviar a un misionero
per-
manente.
En respuesta vino el hermano Rafael D. Williams y su esposa.
Cuando
la Editorial Vida lo jubiló, los dirigentes suponían que lo enviaban a descan-
sar. El
Revdo. Ball, lo interpretó de otro modo, pues durante un sermón que predicaba
dijo:
“Los
hombres me jubilan, pero el que me llamó no me jubila todavía”. Por lo
consiguiente,
en sus
últimos años de vida fundó una nueva Asamblea de Dios en San Antonio, Texas; a
la cual
llamó “El Salvador”.
Sus últimos
días los pasó en su casa, acompañado de su órgano y sus inolvidables
himnos
en español, tanto de su inspiración como los que tradujo, que nos dejan un
recuerdo
imborrable.
Entre sus muchos himnos están: “La Senda Ancha Dejaré”, “Ya sea en el Valle”,
“Oh, Yo
Quiero andar con Cristo”, “Cuando Estemos en Gloria”, y otros más. El 27 de
enero de
1989,
partió para su hogar celestial, donde recibió el premio por su grandiosa labor.
Que la
vida abnegada, útil y ejemplar del Revdo. Enrique C. Ball, sea de gran inspi-
ración,
tanto a la presente, como a la futura generación, para continuar con la
extensión
del
evangelio, entre tanto Cristo viene.
JUAN
BUENO
Desde la fundación y a lo largo de la historia
de las Asambleas de Dios de El Salvador, varias familias misioneras hicieron de
nuestro país su segunda patria. Mencionar nombres como Rafael Williams, Melvin
Hodges, David Stewart, Pablo Finkenbinder, es recordar varones de Dios que han
bendecido nuestro suelo patrio con el mensaje del evangelio. Teniendo 10 meses
de casado llega a El Salvador, en el mes de noviembre de 1961, hermano Juan
Bueno (22 años), junto a su joven esposa (21 años), hermana Loida de Bueno. Solo
Dios sabía lo que Él iba a ser con en
esta joven pareja. El Señor dio a esta noble familia misionera 4 hijos: Roberto
John, 1962; Esteban, 1965; Ronaldo, 1968 y David 1970.Todos ellos son
cuscatlecos de nacimiento. Hermano Juan nació en Modesto, California. Sus
padres hermano Teodoro Bueno y Catalina de Bueno fueron misioneros de las
Asambleas de Dios en Venezuela, Cuba y Chile. Muchos pastores salvadoreños
conocimos y recordamos a los padres de hermano Juan, pues vinieron a enseñar en
el Instituto Bíblico Betel. La infancia y juventud la pasó hermano Juan con sus
padres en el campo misionero en América Latina; de ahí su español fluido y su
conocimiento de la cultura latina. Tiene hermanos: Mirían y Elmer quien fuera
anfitrión del programa televisivo “Club PTL”.Hna. Loida de Bueno es hija de
pastores. Hizo sus estudios de bachillerato graduándose con el primer lugar en
administración, lo que dio la oportunidad de estudiar becada en el seminario de
Betania en California, y se graduó en Educación Cristiana. Comienza la joven
pareja su ministerio como pastores del Centro Evangelístico con gran entusiasmo
y dedicación. En su ministerio podemos mencionar los siguientes logros:
*La
congregación crecía en membresia
*Se
inició la compra de propiedades aledañas para
la ampliación del templo y del Liceo
Cristiano Central.
* En
1970, se inició el programa de fundación de iglesias filiales, que se auto gobernaron, así glesias: España y
San Ramón, en 1970; El Granjero,
Plan del Pito, Calle Real y Candelaria en
1971; Bolívar y 14 de julio, en 1973; Aragón, en enero de 1974; Guadalupe, Zacamil y el Milagro,
en 1975; Mónico y Gran Campaña, en 1976;
Josué, Las Rosas y Miraflores, en 1977; Boquín y San Antonio, en 1978; San José en noviembre de
*Una de las
labores mas encomiables de nuestro hermano Juan Bueno es la fundación del Liceo
Cristiano, donde muchos niños y jóvenes han sido bendecidos con el conocimiento
de la Palabra de Dios. 1979; El Matazano y Los Alpes, en 1980; Las Margaritas, Bosques del Río y Santa
Lucía en 1982, Costa Rica y La Coruña,
en 1983 y los Héroes en marzo de
1984. En el campo socio -educativo:
La fundación del Liceo Cristiano
en 1963 .La iniciativa Y canalización
económica para la fundación
de la Universidad Colaborador de la Universidad Cristiana de las Asambleas de Dios y del Instituto
Bíblico Anexo Centro Cristiano.
OTROS
MINISTERIOS DESEMPEÑADOS:
*Maestro
del Instituto Bíblico Central.
*Primer
Presidente de la Comisión Nacional de Evangelismo.
*Maestro
del Instituto de Superación Ministerial
(ISUM)
*Vocal
del Comité Ejecutivo de las Asambleas de Dios de
El Salvador.
*Profesor
de Biblia en Bachillerato al Liceo Cristiano Central.
*Vice - Presidente de CELAD- Consejo
Ejecutivo, Asambleas de Dios,
México, Centro América, Las Antillas, Venezuela,
Colombia. Conferencista en Congreso de Evangelismo.
*Fundador
y pastor del Templo Cristiano en Zona Residencial de San Benito, San Salvador.
Asistencia de 2500 personas cada domingo (1986).
*Evangelista en campañas nacionales y en el exterior.
*Consejero
Nacional de Embajadores de Cri
MIGUEL
HINDS
Y la Avioneta Milagrosa. Usulután estaba abajo
de nosotros. El Hno. Miguel Hines había accionado la grabadora, y los hermanos
Alvarado cantaban el himno: “Cristo viene ya, a las puertas está y muchos dudan
hoy que Cristo volverá”. Mientras volábamos sobre la ciudad mis ojos se
humedecieron y las lágrimas resbalaron sobre mi rostro “Oh Usulután, si
conocieres el día de tu visitación”. En esta ciudad se han librado cruentos
combates entre el ejército y la guerrilla. Hoy les anunciábamos del “Príncipe
de Paz”. Era un día domingo 7 de abril, y fue la primera de 11 ciudades que
sobrevolamos. Después siguieron Santamaría, Palo Galán, Zacatecoluca, La
Libertad, Talnique, Tamanique, y Lourdes.
En las
ciudades que sobrevolamos se predicó un
corto mensaje, se oró por los enfermos, las necesidades de la población.
Pedimos que como respuesta a nuestro
mensaje sacaran
un
espejo y lo pusieran contra el sol; desde la avioneta se veía como los rayos
del sol se
reflejaban
desde la tierra. Algunos movían toallas y sábanas en señal de que habían oído
el
mensaje.
Otros, subieron a los techos; en grupos nos saludaban de alegría al oír el
mensaje
poderoso.
Parecía un Domingo de Ramos.
Le llaman
la Avioneta Milagrosa porque después de su paso los enfermos sanan, las almas
se
convierten y aun las plagas de la tierra se van.
La
avioneta parlante lleva más de 30 años volando sobre América, desde Alaska
hasta la
Tierra
de Fuego. Es un medio maravilloso que Dios ha proporcionado para la
evangelización
de
nuestra generación, apoyando las campañas evangelísticas en las ciudades,
pueblos,
valles y
cantones de América.
En su
estadía en El Salvador, voló 40 horas en varios lugares (pueblos y cantones).
Dios es
misericordioso
usando todos los medios de comunicación posibles para que las almas se salven
MELVIN.
HODGES
Un
Entrenador de Hombres
Melvin
Lyle Hodges nació en Washington el 8 de julio de 1909. Fue uno de los siete
hijos
nacidos en el hogar del Revdo. Charles E. Hodges y señora. Su padre, erudito en
el
idioma
griego, había sido ministro metodista, pero poco antes del nacimiento de
Melvin,
recibió
la luz de pentecostés y se convirtió en ministro pentecostal.
El Hno.
Hodges tenía diez años cuando recibió el bautismo en el Espíritu Santo. Al
mismo ti-
empo,
sintió un claro llamado a entrar en el ministerio e ir a las misiones. A los
diecisiete años, sabía que el Señor quería que predicara el evangelio. Comenzó
a predicar en las calles de su ciudad. Se unió a un equipo evangelístico y poco
tiempo después se convirtió en pastor de una iglesia en Wyoming.
El 2 de
diciembre de 1928 el Hno. Hodges se casó con Loida Crews, la joven que Dios
había escogido para que fuera la reina de su corazón, la madre de sus tres
hijos y la abnegada compañera de sus labores.
Después
de responder al llamado de Dios sobre su vida para que entraran al servicio de
las misiones, los Hnos. Hodges fueron nombrados por la División de Misiones
Foráneas de las Asambleas de Dios el 1º de septiembre de 1935. En marzo de 1936
salieron rumbo a su primer período misionero en El Salvador, América Central.
Durante el primer año de este periodo, ayudaron a Ralph Williams en el trabajo
del Instituto Bíblico de El Salvador.
Los años
restantes de su primer periodo los pasaron en Nicaragua, donde el Hno. Hodges
fundó el
Instituto Bíblico de Matagalpa. Muy pronto el Hno. Hodges se convenció firme-
mente de
que la preparación de obreros nacionales era la clave para evangelizar
cualquier
país.
Junto con otros pioneros de las misiones, planificó programas de estudio e hizo
los
preparativos
para los primeros Institutos Bíblicos organizados en un campo misionero que
es hoy
reconocido como modelo en todo el mundo. Durante su segundo periodo los Hnos.
Hodges pasaron dos años más en Nicaragua para regresar después a El Salvador,
donde él ocupó el cargo de Superintendente de la obra salvadoreña por cuatro
años.
En 1945,
regresaron a los Estados Unidos y él se asumió el cargo editor de Missionary
Challenge (“Reto Misionero”), una de las primeras publicaciones de la división
de Misiones Foráneas. Sin embargo, en 1950 regresaron a El Salvador, donde el
Hno. Hodges trabajó como coordinador de misiones para América Central.
En 1953,
la División de Misiones Foráneas le pidió al Hno. Hodges que escribiera en un
libro los principios de fundación de iglesias que estaban produciendo
resultados tan asombrosos en América
Latina. El resultado fue la redacción y publicación de dos libros, El
Desafío Misionero y Edificaré a Mi Iglesia. Estos libros han ayudado a dar
forma a las normas misioneras, no solo de las Asambleas de Dios, sino también
de muchos otros grupos misioneros evangélicos.
Durante
el otoño de aquel mismo año el Hno. Hodges fue nombrado Director de Misiones
para
América Latina y el Caribe. Durante sus años como Director, supervisó los
esfuerzos
misioneros
en veintiséis países. También estimuló el desarrollo de ministerios
especializados en evangelismo, escuela dominical, educación cristiana y
promoción de literatura. Uno de los primeros proyectos que el Hno. Hodges ayudó
a orientar es Editorial Vida, que actualmente pública y distribuye toneladas de
literatura evangelística y de Escuela Dominical por todo el mundo. Otro programa,
El Servicio de Educación Cristiana, sigue ayudando a elevar el nivel educativo
de los pastores y dirigentes en América Central y del Sur y en El Caribe, y
continúa siendo un modelo de educación teológica por extensión.
El Hno.
Hodges inició también muchas conferencias regionales como el CADSA, el CELAD
y su
equivalente en el Caribe, el CFAGE. A finales de 1973, el Hno. Hodges dejó su
posición
de
Director de Misiones, que había ocupado durante veinte años, y pasó a formar
parte del
personal
del recién fundado Seminario Teológico de las Asambleas de Dios, como profesor
asociado
de Misiones y Coordinador de Ciencias Misioneras. Se retiró del Seminario en el
verano
de 1985.
Además
de escribir dos libros, el Hno. Hodges publicó más de trescientos artículos en
di-
versas
revistas evangélicas.
Melvin
L. Hodges falleció el 25 de febrero de 1988, a raíz de un ataque al corazón.
Lamentan
su
fallecimiento su esposa Loyda, su hijo Gilbert E.. Sus dos hijas Miriam Jackson
Haynes y
Phillis
Weaber, sus dos hermanos Owen y Hardy, sus dos hermanas Vera Hammond y Rudy
Littlefield,
diez nietos, y siete biznietos.
Al final
de una información biográfica se halló un verso que describe de manera muy ad-
ecuada la
vida del Hno. Hodges: “Cuando hables de tu vida solo podrás describir su forma
y sus
sombras; nunca podrás describir sus vívidos colores ni su calidad”(Somersert).
El Hno.
Hodges, con su bondadoso espíritu y madurez en las cosa espirituales, fue una
con-
stante
inspiración; y siempre nos hizo recordar que es más importante lo que Dios
puede
hacer en
nosotros que aquello que puede hacer a través de nosotros.
Los
esposos Loyda y Melvin Hodges, llegaron a El Salvador en 1940 y fue su
principal preo-
cupación
formar teólogos de gran capacidad y convicción, en la cual descansara la Obra
Frederick
Ernest Mebius: FEDERICO ERNESTO MEBIUS.
La
anterior es un extracto del acta de nacionalización del Rev. Federico E.
Mebius, uno
de los
gigantes de pentecostés salvadoreño Y La tinoamérica. Nació el día 8 de Mayo de 1869 en la ciudad
de Victoria. Descrito en su pasaporte expedido por UNITED KINGDOM O F GREAT BRITAIN AND NORTHERN
IRELAND, el del 19 de Julio de 1939 asi: Domicilio,Izalco,Tacomunca, Altura 5 pies
y 8 pulgada; Color de los ojos, azules; color del pelo, café oscuro; NATIONAL
STATUS,British (canadian) subject by birth
Contrajo
nupcias con la señorita María Rodriga Hurtado, originaria del cantón
Talcomunca, Santa Ana. Procrearon ocho
hijos: •Eduardo, Arturo, Alfredo, Federico, Alejandro, Juana, Elena y Olivia.
Todos es-tos hijos procrearon nietos y bisnietos y tataranietos. Contandose un
centenar de descendientes de hermano Federico a la fecha. Rafael Williams en
sus memorias acerca de la primera reunión de iglesias pentecostales, en la
ciudad de Ahuachapán en 1930 se expresa de Mebius así:
“Aunque
estábamos felices por los ochenta hermanos que asistieron a nuestra primera
conferencia
y porque las metas se habían alcanzado, yo estaba un poquito desilusionado
por la
ausencia de un amigo, Federico Mebius; quien junto a su familia, habían
arribado
en 1913
desde Canadá. Ellos se quedaron en Santa Ana y visitaron varios grupos de las
montañas
que habían iniciado bajo el ministerio de un misionero itinerante no
pentecostal.
Mebius compartió su enseñanza acerca del Bautismo en el Espíritu Santo y la
gente
recibió una gran bendición.
El señor
usó a mebius para introducir el mensaje apostólico y trajo a varios cientos al
Señor
y a la
experiencia pentecostal. De cuando en vez
en los tres meses previos a la primera
Reunión
del establecimiento de Las Asambleas de Dios, me reuní con frecuencia.
Discutimos abiertamente los pasos que debíamos tomar para ubicar a los
creyentes en una norma más bíblica.
Había
ciertos creyentes que yo no esperaba estuvieran en la conferencia, pero si
esperaba
al
hermano Mebius. El tuvo dificultades de matrimonio y quizá no iba a ser
reinstalado
como
ministro, pero yo sabía que él era respetado por el papel que jugó al inicio.
Pensé
que
continuaría en la fraternidad con este nuevo esfuerzo.
Pero
imagínese la sorpresa al darme cuenta más tarde que mientras nosotros habíamos
estado
en nuestra primera conferencia, Mebius se había reunido con otro grupo en El Congo
en un
esfuerzo por organizar una conferencia aparte.”
Hermano
Federico tuvo el privilegio ser de los primeros que recibían la promesa del
Espíritu
Santo en el siglo 20.
Después
de la fundación de Las Asambleas de Dios en Abril de 1930, hermano Federico
quedó
ministrando a los grupos apostólicos que no se habían anexado a la nueva
organización
evangélica que había llegado a El Salvador.
Al principio residió en las Lomas
de San
Marcelino- faldas del Cerro verde, Santa Ana-. Luego compró una propiedad en
la
ciudad de el Congo, desde donde visitaba en misión a los grupos pentecostales
de su
época.
Lo hacía a pie o en su mula. Los caminos eran malos: fangoso o polvosos, pero
el
misionero
fogoso lleno del Espíritu Santo iba a
cumplir con la obra de Dios.
H .S
Syverson, misionero estadounidense de las Iglesias de Dios llega a El Salvador
en 1939.
Carlos
T. Furman de Guatemala le había informado de un misionero en El Salvador que
Desesperadamente
necesitaba ayuda y sucesor. Mebius recibió al hermano Syverson como
una
ayuda de parte de Dios, pues acordaron trabajar juntos y fúé así que Syverson dispuesto
quedarse
en el país, habiendo radicado de 1939 a1941 en Cojutepeque. Mebius y Syverson
fundaron
el instituto Bíblco de las Iglesias de Dios y fueron sus primeros maestros.
LOIDA
STEWART Y DE WILLIAMS
La Hna.
Loida Alma Cooper Stewart Williams nació el 20 de febrero de 1921 en Springs,
Colorado, Estados Unidos. Como toda mujer llena de deseos e ilusiones uno de
sus mayores anhelos fue servir al Señor en su obra. Junto a su esposo Sterling
Willard Stewart, más conocido como David
Stewart, fundaron iglesias en el país y contribuyeron a la construcción del
Instituto Bíblico Betel, en San Salvador.
A
continuación una entrevista con esta mujer de Dios.
-
¿Cuáles son los tres eventos más grandes de su vida?
Loida:
El primero sería el haber aceptado a Jesucristo como mi Salvador personal a la
edad de
años. El
predicador hizo el llamamiento y aunque era hija de pastores me arrepentí de
mis peca-
dos y el
Señor me salvo desde ese momento. El segundo, el matrimonio con mi esposo David
y
la
formación de mi hogar. Y el tercero, trabajar continuamente en el ministerio de
aquel que me
llamó.
-¿Cómo y
cuándo llegaron a El Salvador?
Loida:
Llegamos el 18 de julio de 1948. Mi esposo y yo deseábamos ser misioneros, pero
la
División
de Misiones no aceptó y seguimos pastoreando una pequeña iglesia en el Estado
de
Arizona.
Nuestro viaje como misioneros inició al morir de fiebre tifoidea el misionero
asignado
en
Nicaragua. Era un culto de jóvenes cuando el predicador contó la historia, a la
vez que pidió
reemplazo
para él. En ese momento mi esposo y yo aceptamos y la División de Misiones dio
el
respectivo
permiso.
- Se
dice que su esposo y usted ayudaron a la construcción del Instituto Bíblico
Betel, en San Salvador. ¿Qué tan cierto es eso, cómo adquirieron estas
instalaciones?
Loida:
La obra crecía apresuradamente en Santa Ana, donde dio inicio. Mi esposo era el
director del instituto allá. Cada vez más se añadían obreros, por lo que el
local no era suficiente; había urgencia de construir más centros de estudios
tanto en la zona central como en la occidental del país. De allí inició la
búsqueda de lotes en San Salvador, Ilopango, Soyapango, etc. hasta dar con este
lugar, San Antonio Abad, el cual era una barranca. Lo primero que se construyó
fue la casa del director. La construcción fue posible, gracias a la ayuda
extranjera de pastores en Estados Unidos y
a la aportación de mi esposo, quien era agricultor y tenía tractores y
tierras a gran escala (en Norteamérica), que puso al servicio de la obra.
Recuerdo que escribíamos 13 mil cartas cada tres meses, y esto se hizo durante
un año. Los niños ayudaban a pegar estampillas… ¡parecía una fábrica de cartas!
-¿Por
qué se fueron del país?
Laida:
Por la educación de mis hijos menores, necesitaban estudiar la Secundaria. Los
dos mayores
ya
estaban en Estados Unidos. Yo me quedé en Ciudad Juárez, como misionera en
México.
-¿Qué le
hace venir al país?
Loida:
El amor que le tengo y por su belleza, a la vez que veo la necesidad de libros
que hay en
la
Biblioteca del Instituto.
-El año
de 1998 es El Año de la Mujer a nivel de las Asambleas de Dios, ¿Cuál sería su
mensaje
para
aquella mujer, esposa de pastor?
Loida:
Que sean responsables en sus actos, que trabajen con gran empeño como siervas
de Dios
y Él las
premiará.
La
misionera Loida Stewart, ésta ante la presencia del que la envió desde el día
12 de agosto
2002
RAFAEL WILLIAMS:
BRITÁNICO AVENTURERO DE DIOS
“Viajero
cansado, cuando bebas de las aguas de este pozo, no te olvides de las manos que
lo
cavaron”.
Los
padres de Rafael fueron James Williams y
Sarah. Su padre era de Gales y su madre
Inglesa.
El hogar de los Williams era sagrado. Cada mañana después del desayuno, toda la
familia
se arrodillaba alrededor de la mesa mientras el padre leía las escrituras,
luego les
dirigía
en oración. El tiempo de devoción se cerraba al son del padre nuestro.
Nació en
Sudbrook, Monmouthshire, Inglaterra, el séptimo de 8 hijos .Rafael recibió
educación primaria y cuatro años de
educación secundaria. La escuela nocturna le proporcionó estudiar logaritmos,
cálculo y diseño. decidió convertirse en un aprendiz del servicio de construcción
de barcos de comercio .Durante una semana de servicios evangelísticos en la
iglesia local, Ricardo, su hermano, hizo una decisión por Cristo. Luego trató de ganar a Rafael, quien
de manera inflexible resistió los llamados de Ricardo. Tal como era de costumbre
nocturna, Rafael, se arrodillaba al lado de su cama y recitaba la oración que
se le había enseñado: “Dulce Jesús, humilde y suave, mira a tu pequeño hijo.
Ten misericordia de mi sencillez, y hazme venir a
Ti.” En
ese momento el Espíritu Santo le redarguyó profundamente. Su resistencia se
disolvió
Y fue
incapaz de levantarse hasta que invitó a Jesús a su vida.
Dios
traía amigos cristianos para que hablaran con Rafael y Ricardo acerca de la
obra del
Espíritu
Santo en la vida de cada individuo. Pronto estos hermanos recibieron la llenura
del
Espíritu
Santo. Los dos hermanos se comprometieron a servir al Señor.
La
experiencia de ser llenos con el Espíritu Santo trajo un grande y maravilloso
cambio
en la
vida de Rafael., El nuevo entusiasmo pentecostal era diferente a la actitud
cristiana
formal a
la que habían estado acostumbrado. Durante el verano los dos hermanos em-
pezaron
a viajar a las aldeas aledañas cada tarde para celebrar cultos al aire libre.
En el
invierno
se realizaban cultos de oración en los hogares donde fuera posible. Durante
esos
meses,
Dios estaba pre- parando el corazón del futuro misionero para cosas más grandes por
venir. Uno
por uno Dios dirigía los pasos del joven
que le llevarían al otro lado del océano Atlántico a una tierra nueva y extraña
para comenzar una vida de ministerio.
Un día,
mientras leía el “Pentecostés Evangel”-
El Evangelio pentecostal- el futuro
misionero a los latinos de América, leyó el anuncio del Instituto Bíblico Gala
Tidings de San Francisco, Cali-fornia. En esos años se habían establecidos
pocos Institutos Bíblicos pentecostales. Aunque significaba alejarse miles de
millas de casa, anotó la dirección y escribió al Instituto para pedir una
solicitud. ! Que día tan emocionante cuando recibió una carta de América que le animaba a venir!
Pronto
Rafael y Ricardo empezaron a prepararse para viajar a América. Antes de salir,
los
Muchachos
asistieron a una convención cerca de casa. Alice Luce, una misionera veterana
de la
India y de Latinoamérica, era la predicadora invitada. Después de
escuchar
el testimonio de los hermanos, ella sintió que la respuesta a su oración
pidiendo
misioneros
para México. Rafael había estado deseando en secreto que Dios le enviara al
Tíbet.
Pero con la urgencia de la señorita Luce se dio por vencido que Dios quería que
le
sirviera
en América Latina.70 Una multitud asistió a la fiesta de despedida y se
programó un servicio de ordenación para
Rafael y
Ricardo por parte de los pastores ancianos de la comunidad. Aunque sus padres
estaban
emocionados por los planes de sus hijos, no podían evitar echarles de menos.
Durante
el servicio la madre de Rafael se sintió alentada al saber que los eventos eran
obra
del
Señor .Su madre se sentía segura al saber que sus hijos iban con Dios. Mientras
que los
ancianos
oraban por sus hijos, ella visualizó la mano de Jesús que se posaba sobre ellos
en
bendición
y protección. Así fue consolada grandemente.
Llegó el
día de su partida. Dejar la tierra de tantas memorias no era fácil para los
muchachos,
pero
estaban seguros que era la voluntad de Dios y por consiguiente fueron capaces
de
dirigir
sus ojos hacia América y a la nueva vida
que les esperaba.
Nueve días
después, Rafael y Ricardo miraban mas allá del mar; divisaban la Estatura de
la
Libertad y América. ¡Habían llegado! Ansiosamente emprendieron su viaje de seis
días
por tren
hasta San Francisco y al instituto bíblico al que llamarían su hogar. Fue un día
realmente
maravilloso cuando vieron al pastor Robert Craig esperándoles; él fue su primer
amigo
verdadero en un mundo nuevo y diferente .
Y así
comienza una vida nueva para Rafael Williams: una vida llena de amor, de
esperanza
, dolor,
y más que todo fe. El Hno. Rafael Williams fue el Primer Superintendente de las
Asambleas
de Dios, electo el 30 de abril de 1930.
FAMILIAS
MISIONERAS DE ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA EN EL SALVADOR
Son
varias las familias misioneras de los Estados Unidos a través de la historia han venido al
país
para colaborar en el engrandecimiento y prosperidad del Santo evangelio de
nuestro
Señor
Jesucristo. En estas páginas haremos mención
de aquellos que emplearon su
vida trabajando en nuestro país.
FAMILIA
WILKE
En 1942
vino a El Salvador el Revdo. Eral Wilke y su apreciable esposa doña Rubí de
Wilke. El
Hno.
Wilke trabajó con mucho amor en todo el país por espacio de cuatro años,
dedicando
la mayor
parte de su ministerio al Oriente del país, quedando como un grato recuerdo de
su
ministerio en la referida zona oriental, el solar donde está ubicado el Templo
Betel en
la
ciudad de San Miguel. En el año de 1946 regresó a los estados Unidos, dejando
gratos
recuerdos
en el corazón de los hermanos salvadoreños.
FAMILIA
STEWART
En el
mes de enero de 1948, llegaron a El Salvador los inolvidables esposos Revdo. Sterling
Stewart
y su querida esposa, doña Loida de Stewart.
Primeramente
establecieron su domicilio en la ciudad de Santa Ana, desde atendían la
obra de
todo el país. Durante varios años colaboraron con su ministerio a favor de la
Iglesia
Betel en
Santa Ana, y desempeñaron precioso ministerio en el Instituto Bíblico Betel que
funcionaba
en la misma ciudad.
Desde
Santa Ana prestó su valiosa colaboración el evangelista internacional Richard
Jef-
frey en
la trascendental campaña del año de 1956, pues le tocaba viajar todas las
noches
a San
Salvador para presidir los alegres cantos que entonaban aquellos hermanos
recién
convertidos
al Señor y que por ello cantaban con mucho fervor cristiano.
En 1963,
los esposos Stewart trasladaron su domicilio a la capital de la República, San
Sal-
vador, a
fin de tomar posesión de la enorme tarea de construir el nuevo Instituto
Bíblico.
Después
de vivir ocho años en la capital y veintitrés en total en nuestro país, logro ver la ter-
minación
del moderno y amplio edificio destinado para el Instituto Bíblico en San
Salvador,
así como
también el gigantesco Tabernáculo y las Oficinas Centrales de la Conferencia
Fue
llamado
para recibir su galardón eterno en las moradas celestiales de su Señor y
Salvador,
falleció
el 3 de julio de 1971.
El
Revdo. Sterling Stewart se encuentra sepultado en el Cementerio General de San
Salvador.
Se llevó
en su corazón la satisfacción del haber cumplido, como un fiel soldado de
Cristo en
la
tierra. Su honorable familia regresó para los Estados Unidos en el año de 1972.
FAMILIA
LINDVALL
En el
mismo año en que vino a El Salvador la familia Stewart, llegaron también los
esposos
Lindvall.
Los
hermanos Lindvall arribaron al país en el mes de junio de 1948. El Revdo.
Lindvall se
distinguió
por su noble visión de extender el evangelio por todos los lugares apartados
del
territorio nacional; gran parte de su tiempo lo pasaba en las carreteras,
asistiendo a
Fraternidades,
juntas de pastores, cursos bíblicos, o visitando las diferentes iglesias.
Trabajó
como profesor en el Instituto Bíblico, colocó pastores en diversos lugares del
país,
y por
especialidad superó maravillosamente la Escuela Dominical. El 5 de abril de
1966,
después
de 18 años de bendecido ministerio, partió para atender nuevos ministerios en
América
del Sur.
FAMILIA
NICODEMUS
El
Revdo. Waldo Nicodemus y su esposa doña Catalina de Nicodemus, vinieron a
nuestro
país el
8 de junio de 1962, procedentes de Bolivia y Cuba, en donde estuvieron
bendecidos
por
espacio de cuatro y diez años, respectivamente.
Su
ministerio en El Salvador fue de cinco años, durante los cuales el Revido Waldo
Nicode-
mus
siguiendo la trayectoria de otros misioneros, consagró parte de su tiempo a
visitar las
iglesias
en el interior del país. Trabajó como Director del Instituto Bíblico, quien con
sus
hábiles
enseñanzas contribuyó eficazmente para la preparación de obreros para el Señor.
Su
apreciable esposa, además de las obligaciones del hogar, fue maestra muy
competente
al lado
de su esposo en la noble misión de la enseñanza de la Palabra de Dios, quien
además
demostró mucha actividad en el campo de la
Escuela Dominical. En abril de 1968, los esposos
Nicodemus
fueron llamados para servir en otro campo misionero.
FAMILIA
DAVENPORT
El
Revdo. Glen Davenport y su esposa doña Elena de Davenport llegaron a El
Salvador en
el mes
de diciembre de 1966. Durante su primer año de ministerio en El Salvador, el
Revdo.
Davenport
se dedicó a visitar las iglesias de todo el país estableciendo por este medio
amis-
tad y
muy buena comunicación con todos los pastores de la conferencia de las
Asambleas
de Dios
del territorio nacional.
En el
segundo año de su ministerio comenzó a tomar parte como profesor del Instituto
Bíblico,
visitando además con mucha frecuencia las iglesias, siempre que disponía de
tiempo.
También
desempeñó el cargo de Director del Instituto Bíblico de las Asambleas de Dios.
El
primero de enero de 1971, fue un día de profundo pesar para los esposo
Davenport, pues
en está
fecha falleció su primogénita niña, ya una señorita de doce años de edad,
Cheryl Ivo-
nne
Davenport. La niña fue velada en el Centro Evangelístico y muchos hermanos en
Cristo
y amigos
de los hermanos Davenport les expresaron palabras de profunda condolencia.
No hay
duda ninguna, que el haber perdido un ser tan querido, como también el
llamamiento
divino
que los trajo a este país, les anima a seguir su ministerio en El Salvador,
mientras el
Señor
tarda en venir. El Revdo. Glen Davenport, juntamente con su esposa, se abren
paso
cada día
en el corazón de sus alumnos, a quienes imparten con mucho amor las enseñanzas
de la
Palabra de Dios.
FAMILIA
CALKINS
El
Revdo. Harold Calkins y su esposa doña Bethy de Calkins, vinieron a El Salvador
en el mes
de mayo
de 1967. Con justa razón podemos describir al Revdo. Calkins como un hombre
de Dios,
con mucho entusiasmo en la obra del Señor Recorrió el país visitando las
iglesias
y
celebrando campañas de evangelismo en plazas públicas de distintos pueblos de
la
República.
Sus enseñanzas a los alumnos del Instituto Bíblico han sido de mucha bendición
para
todos. Sus himnos traducidos del inglés al castellano han llevado la bendición
de Dios
a muchos
corazones.
Los
pastores y miembros del Centro Evangelístico guardan un cariño para el
misionero
Harold
Calkins, por su valiosa colaboración en la Escuela Dominical y otras
dependencias.
RAFAEL Y JOYA WILLIAMS
Para
fines de 1929 llega la primera familia misionera: El Hno. Rafael Williams, su
esposa, Hna. Joya; y un niño.
La labor
del Hno. Rafael comienza de inmediato. Recorre las iglesias y les invita a la
Conferencia de Fundación a realizarse el 19 de abril de 1930. Ese día, doce
iglesias son representadas y se aprueba la Constitución de las Asambleas de
Dios de El Salvador. El
Hno.
Rafael Williams es electo Superintendente y el Hno. Francisco Arbizú
Secretario
- Tesorero. Otro acontecimiento realza esa magna fecha: El Hno.
Williams
bautiza al Hno. Arbizú y su esposa.
La
naciente obra de Dios en El Salvador es dirigida largo tiempo por los mi-
sioneros,
ya que no se contaba con la experiencia necesaria para guiar esta
obra. El
Hno. Rafael Williams fungió como Superintendente por 22 años, cargo que luego fue
asumido por el Hno Arbizú. Por 45 años la dirección del Instituto Bíblico Betel
se encomienda a un misionero,
hasta en
1975 dirige la obra de las Asambleas de Dios en El Salvador el Hno. Abel de la
Cruz.
El
aporte de los misioneros para el desarrollo
y consolidación de la iglesia en el país fue grande. Ellos vinieron a
ser orientadores, consejeros…y padres. Todos son de grata recordación entre los
obreros nacionales. He aquí algunos de estos siervos que dejaron su juventud y
honda huella en los corazones de los salvadoreños: Rafael Williams, 1929,
Melvin Hodges, 1938-1953; David Stewart,
1948-1971
(sus restos descansan en el país); Pablo Finkenbinder, 1944-1965; Arturo
Lindball, 1948-
1966;
Juan Bueno 1961 a la fecha; Waldo Nicodemus, 1962-1968. Glen
Davenport, Harold Calkins.
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