sábado, 22 de octubre de 2011


 ANTORCHAS ENCENDIDAS: OBREROS DE DIOS MUNDIALES EN EL SALVADOR

1. ENRIQUE C. BALL 2. JUAN BUENO 3. MELVIN. HODGES 4. FREDERICK ERNEST MEBIUS: FEDERICO 5. ERNESTO MEBIUS. 5.   JULIO PÉREZ  6. FRANCISCO RAMÍRE ARBIZÚ: PATRIARCA DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS DE EL SALVADOR


ENRIQUE C. BALL
 Personalidad reconocida como fundador de las Asambleas de Dios en el pueblo hispanoamericano. El Revdo. Ball, nació en Brooklyn, Iowa, Estados Unidos, el 18 de febrero de 1896. Por el bien de su salud, la madre y el abuelo lo  trasladaron, a la edad de doce años,  al estado  de Nuevo México. En ese entonces su medio de transporte era una carreta arrastrada por dos burritos. A los catorce años, se convirtió al Señor y se unió a la Iglesia Metodista. Así mismo, recibió un llamado especial de evangelizar a los hispanos. Se inició con los mexicanos de Ricardo, Texas; recitan-do la única frase que sabía en español: “Domingo por la tarde en la escuela”; al menos que le respondieran en inglés, él lo ampliaba. Hizo la invitación a su primera reunión evangelística. Hno. Enrique C. Ball y otros obreros del Señor, que asistieron  a la Octava Sesión de la Convención Latinoamericana de las Asambleas de Dios, celebrada en el Paso, Texas: del 16 al 20 de noviembre de 1924 tica, la cual realizaría en la escuela. Él esperaba que un buen número de personas llegara, pero después de sonar la campana varias veces, solamente una señora y un señor se pre-sentaron. Comenzó cantando el único himno que sabía en español, “Te Loamos oh Dios”. Luego despidió la reunión, intentando leerles el Padre Nuestro, en su Nuevo Testamento Inglés - español. El domingo siguiente tocó de nuevo la campana. Llegó la misma señora, pero esta vez con cinco personas más. La señora Bazán, decía ser católica y le expresó a Ball que lo que hacía era solamente por colaborar con él. Más tarde, en una campaña evangelística ella y otros más aceptaron a Cristo, esto trajo el nacimiento de la Iglesia Metodista en Ricardo, Texas; formada por once personas, y una Escuela Dominical con 30 alumnos. El Hno. Ball, asistió por primera vez a una campaña de las Asambleas de Dios y se interesó tanto al oír el mensaje pentecostal, que tres semanas después recibió el bautismo
en el Espíritu Santo. Él cursaba la Escuela Superior cuando tuvo esta gloriosa experiencia. Los líderes metodistas al darse cuenta del asunto, no le permitieron seguir en su denominación, por lo que ingresó a las Asambleas de Dios en el año de 1915. Ese mismo año, le aprobaron su ordenación al pleno ministerio. En una de sus primeras experiencias ministeriales, bautizó a un grupo de convertidos y ofició la Santa Cena, acto en el cual nueve personas recibieron el bautismo en el Espíritu Santo. Ball, describió esta experiencia así: “El fuego descendió esta tarde, interrumpiendo el culto como en casa de Cornelio” Este evento singular marcó el comienzo de las Asambleas de Dios en el pueblo hispano de los Estados Unidos, México, Centro y Sur América. Otro evento significativo en la vida del Revdo. Ball fue la unión matrimonial con la señorita Sunshine L. Marshal, quien había demostrado su mismo ideal, evangelizando en México. Ella se constituyó en su fiel compañera y apoyo de su ministerio para toda la vida. Dicho sea de paso, es la autora del libro “Daniel y Revelación”, que ha sido tan útil en los institutos bíblicos de las Asambleas de Dios. Entre las muchas obras realizadas por el Hno. Ball, tenemos: En 1916, además de construir su primer templo en Kingsville, Texas, comenzó la impresión de la Revista “La Luz Apostólica”, la que continúo por más de cincuenta años y posteriormente se convirtió en el órgano oficial de las Asambleas de Dios del área hispana. Vale la pena mencionar, que ésta fue la revista que leyó el hermano Francisco Ramírez  Arbizú y por su lectura, indirectamente, se iniciaron las Asambleas de Dios en El Salvador y Centro América.También en 1916 compiló e imprimió el famoso himnario “Himnos de Gloria”. El primer tiraje fue de 1,000 ejemplares y luego de 10,000. Más tarde lo publicó con música escrita. Actualmente se consideran un millón de ejemplares vendidos, y es usado por diferentes iglesias. Otros himnarios que coleccionó y publicó fueron: “Arpa y Voz de Salmodia” y “Cantos de Triunfo”. En 1918, organizó en Kingsville, Texas, la Primera Convención de las Asambleas de Dios. También, fue electo Superintendente, cargo que desempeñó hasta 1939. Esto dio base a las Asambleas de Dios de habla hispana en los Estados Unidos, Latinoamérica y  el Caribe.
Del año 1920 a 1940 expandió su ministerio. Reconoció la obra en Cuba. Estableció la Casa de Publicaciones Evangélica, en San Antonio, Texas, lo cual permitió una mayor  afluencia en la impresión de literatura evangélica en español. También, en el estado de
Texas, fundó el Instituto Bíblico Latinoamericano. Colaboró en la fundación del Instituto
Bíblico de La Puente, California. Reconoció la nueva obra en El Salvador, Centro América.
Fue enviado como misionero a Chile, donde fue nombrado Primer Secretario Ejecutivo de
las Asambleas de Dios para América Latina y el Caribe. Estableció una casa de publicaciones
evangélicas en portugués y fundó varios centros evangelísticos en Cuba.
En El Salvador dirigió la primera convención realizada en el Cantón el Guayabo,
Armenia, Sonsonate, iglesias que más tarde, en la primera reunión anual “Conferencia”, en el
mes de abril de 1930, se convertirían en las Asambleas de Dios. Asimismo, vino a supervisar
el trabajo que el misionero Federico Blaisdell había iniciado juntamente con el hermano
Francisco R. Arbizú, y a evaluar las posibilidades que habían de enviar a un misionero per-
manente. En respuesta vino el hermano Rafael D. Williams y su esposa.
Cuando la Editorial Vida lo jubiló, los dirigentes suponían que lo enviaban a descan-
sar. El Revdo. Ball, lo interpretó de otro modo, pues durante un sermón que predicaba dijo:
“Los hombres me jubilan, pero el que me llamó no me jubila todavía”. Por lo consiguiente,
en sus últimos años de vida fundó una nueva Asamblea de Dios en San Antonio, Texas; a
la cual llamó “El Salvador”.
Sus últimos días los pasó en su casa, acompañado de su órgano y sus inolvidables
himnos en español, tanto de su inspiración como los que tradujo, que nos dejan un recuerdo
imborrable. Entre sus muchos himnos están: “La Senda Ancha Dejaré”, “Ya sea en el Valle”,
“Oh, Yo Quiero andar con Cristo”, “Cuando Estemos en Gloria”, y otros más. El 27 de enero de
1989, partió para su hogar celestial, donde recibió el premio por su grandiosa labor.
Que la vida abnegada, útil y ejemplar del Revdo. Enrique C. Ball, sea de gran inspi-
ración, tanto a la presente, como a la futura generación, para continuar con la extensión
del evangelio, entre tanto Cristo viene.
























JUAN BUENO
 Desde la fundación y a lo largo de la historia de las Asambleas de Dios de El Salvador, varias familias misioneras hicieron de nuestro país su segunda patria. Mencionar nombres como Rafael Williams, Melvin Hodges, David Stewart, Pablo Finkenbinder, es recordar varones de Dios que han bendecido nuestro suelo patrio con el mensaje del evangelio. Teniendo 10 meses de casado llega a El Salvador, en el mes de noviembre de 1961, hermano Juan Bueno (22 años), junto a su joven esposa (21 años), hermana Loida de Bueno. Solo Dios sabía lo que Él  iba a ser con en esta joven pareja. El Señor dio a esta noble familia misionera 4 hijos: Roberto John, 1962; Esteban, 1965; Ronaldo, 1968 y David 1970.Todos ellos son cuscatlecos de nacimiento. Hermano Juan nació en Modesto, California. Sus padres hermano Teodoro Bueno y Catalina de Bueno fueron misioneros de las Asambleas de Dios en Venezuela, Cuba y Chile. Muchos pastores salvadoreños conocimos y recordamos a los padres de hermano Juan, pues vinieron a enseñar en el Instituto Bíblico Betel. La infancia y juventud la pasó hermano Juan con sus padres en el campo misionero en América Latina; de ahí su español fluido y su conocimiento de la cultura latina. Tiene hermanos: Mirían y Elmer quien fuera anfitrión del programa televisivo “Club PTL”.Hna. Loida de Bueno es hija de pastores. Hizo sus estudios de bachillerato graduándose con el primer lugar en administración, lo que dio la oportunidad de estudiar becada en el seminario de Betania en California, y se graduó en Educación Cristiana. Comienza la joven pareja su ministerio como pastores del Centro Evangelístico con gran entusiasmo y dedicación. En su ministerio podemos mencionar los siguientes logros:
*La congregación crecía en membresia
*Se inició la compra de propiedades aledañas para   la ampliación del templo y del  Liceo Cristiano Central.
* En 1970, se inició el programa de fundación de iglesias filiales, que se  auto gobernaron, así glesias:      España y San Ramón, en 1970;        El Granjero, Plan del Pito, Calle Real  y Candelaria en 1971; Bolívar y 14 de julio, en 1973; Aragón, en enero de         1974; Guadalupe, Zacamil y el Milagro, en 1975; Mónico y Gran Campaña,  en 1976; Josué, Las Rosas y Miraflores, en 1977; Boquín y San Antonio, en  1978; San José en noviembre de
*Una de las labores mas encomiables de nuestro hermano Juan Bueno es la fundación del Liceo Cristiano, donde muchos niños y jóvenes han sido bendecidos con el conocimiento de la Palabra de Dios. 1979; El Matazano y Los Alpes, en 1980; Las        Margaritas, Bosques del Río y Santa Lucía en 1982, Costa Rica y La Coruña,  en 1983 y  los Héroes en marzo de 1984.      En el campo socio -educativo: La fundación del Liceo         Cristiano en 1963 .La  iniciativa Y canalización económica  para  la            fundación de  la Universidad Colaborador de la        Universidad Cristiana de las            Asambleas de Dios y del Instituto Bíblico Anexo Centro Cristiano.
OTROS MINISTERIOS DESEMPEÑADOS:
*Maestro del Instituto  Bíblico Central.
*Primer Presidente de la Comisión Nacional  de Evangelismo.
*Maestro del Instituto de   Superación Ministerial (ISUM)
*Vocal del Comité Ejecutivo de las Asambleas de Dios        de El Salvador.
*Profesor de Biblia en Bachillerato al Liceo Cristiano Central.
*Vice   - Presidente de           CELAD-          Consejo Ejecutivo, Asambleas           de Dios, México,         Centro      América, Las Antillas, Venezuela, Colombia. Conferencista en Congreso de Evangelismo.
*Fundador y pastor del Templo Cristiano en Zona Residencial         de San Benito, San Salvador. Asistencia de 2500 personas cada domingo          (1986).
*Evangelista  en campañas nacionales y        en el exterior.
*Consejero Nacional de Embajadores de Cri


MIGUEL HINDS
Y  la Avioneta Milagrosa. Usulután estaba abajo de nosotros. El Hno. Miguel Hines había accionado la grabadora, y los hermanos Alvarado cantaban el himno: “Cristo viene ya, a las puertas está y muchos dudan hoy que Cristo volverá”. Mientras volábamos sobre la ciudad mis ojos se humedecieron y las lágrimas resbalaron sobre mi rostro “Oh Usulután, si conocieres el día de tu visitación”. En esta ciudad se han librado cruentos combates entre el ejército y la guerrilla. Hoy les anunciábamos del “Príncipe de Paz”. Era un día domingo 7 de abril, y fue la primera de 11 ciudades que sobrevolamos. Después siguieron Santamaría, Palo Galán, Zacatecoluca, La Libertad, Talnique, Tamanique, y Lourdes.
En las ciudades que sobrevolamos  se predicó un corto mensaje, se oró por los enfermos, las necesidades de la población. Pedimos que  como respuesta a nuestro mensaje  sacaran
un espejo y lo pusieran contra el sol; desde la avioneta se veía como los rayos del sol se
reflejaban desde la tierra. Algunos movían toallas y sábanas en señal de que habían oído el
mensaje. Otros, subieron a los techos; en grupos nos saludaban de alegría al oír el mensaje
poderoso. Parecía un Domingo de Ramos.
Le llaman la Avioneta Milagrosa porque después de su paso los enfermos sanan, las almas
se convierten y aun las plagas de la tierra se van.
La avioneta parlante lleva más de 30 años volando sobre América, desde Alaska hasta la
Tierra de Fuego. Es un medio maravilloso que Dios ha proporcionado para la evangelización
de nuestra generación, apoyando las campañas evangelísticas en las ciudades, pueblos,
valles y cantones de América.
En su estadía en El Salvador, voló 40 horas en varios lugares (pueblos y cantones). Dios es
misericordioso usando todos los medios de comunicación posibles para que las almas se salven


MELVIN. HODGES
Un Entrenador de Hombres
Melvin Lyle Hodges nació en Washington el 8 de julio de 1909. Fue uno de los siete
hijos nacidos en el hogar del Revdo. Charles E. Hodges y señora. Su padre, erudito en el
idioma griego, había sido ministro metodista, pero poco antes del nacimiento de Melvin,
recibió la luz de pentecostés y se convirtió en ministro pentecostal.
El Hno. Hodges tenía diez años cuando recibió el bautismo en el Espíritu Santo. Al mismo ti-
empo, sintió un claro llamado a entrar en el ministerio e ir a las misiones. A los diecisiete años, sabía que el Señor quería que predicara el evangelio. Comenzó a predicar en las calles de su ciudad. Se unió a un equipo evangelístico y poco tiempo después se convirtió en pastor de una iglesia en Wyoming.
El 2 de diciembre de 1928 el Hno. Hodges se casó con Loida Crews, la joven que Dios había escogido para que fuera la reina de su corazón, la madre de sus tres hijos y la abnegada compañera de sus labores.
Después de responder al llamado de Dios sobre su vida para que entraran al servicio de las misiones, los Hnos. Hodges fueron nombrados por la División de Misiones Foráneas de las Asambleas de Dios el 1º de septiembre de 1935. En marzo de 1936 salieron rumbo a su primer período misionero en El Salvador, América Central. Durante el primer año de este periodo, ayudaron a Ralph Williams en el trabajo del Instituto Bíblico de El Salvador.
Los años restantes de su primer periodo los pasaron en Nicaragua, donde el Hno. Hodges
fundó el Instituto Bíblico de Matagalpa. Muy pronto el Hno. Hodges se convenció firme-
mente de que la preparación de obreros nacionales era la clave para evangelizar cualquier
país. Junto con otros pioneros de las misiones, planificó programas de estudio e hizo los
preparativos para los primeros Institutos Bíblicos organizados en un campo misionero que
es hoy reconocido como modelo en todo el mundo. Durante su segundo periodo los Hnos. Hodges pasaron dos años más en Nicaragua para regresar después a El Salvador, donde él ocupó el cargo de Superintendente de la obra salvadoreña por cuatro años.
En 1945, regresaron a los Estados Unidos y él se asumió el cargo editor de Missionary Challenge (“Reto Misionero”), una de las primeras publicaciones de la división de Misiones Foráneas. Sin embargo, en 1950 regresaron a El Salvador, donde el Hno. Hodges trabajó como coordinador de misiones para América Central.
En 1953, la División de Misiones Foráneas le pidió al Hno. Hodges que escribiera en un libro los principios de fundación de iglesias que estaban produciendo resultados tan asombrosos en América  Latina. El resultado fue la redacción y publicación de dos libros, El Desafío Misionero y Edificaré a Mi Iglesia. Estos libros han ayudado a dar forma a las normas misioneras, no solo de las Asambleas de Dios, sino también de muchos otros grupos misioneros evangélicos.
Durante el otoño de aquel mismo año el Hno. Hodges fue nombrado Director de Misiones
para América Latina y el Caribe. Durante sus años como Director, supervisó los esfuerzos
misioneros en veintiséis países. También estimuló el desarrollo de ministerios especializados en evangelismo, escuela dominical, educación cristiana y promoción de literatura. Uno de los primeros proyectos que el Hno. Hodges ayudó a orientar es Editorial Vida, que actualmente pública y distribuye toneladas de literatura evangelística y de Escuela Dominical por todo el mundo. Otro programa, El Servicio de Educación Cristiana, sigue ayudando a elevar el nivel educativo de los pastores y dirigentes en América Central y del Sur y en El Caribe, y continúa siendo un modelo de educación teológica por extensión.
El Hno. Hodges inició también muchas conferencias regionales como el CADSA, el CELAD
y su equivalente en el Caribe, el CFAGE. A finales de 1973, el Hno. Hodges dejó su posición
de Director de Misiones, que había ocupado durante veinte años, y pasó a formar parte del
personal del recién fundado Seminario Teológico de las Asambleas de Dios, como profesor
asociado de Misiones y Coordinador de Ciencias Misioneras. Se retiró del Seminario en el
verano de 1985.
Además de escribir dos libros, el Hno. Hodges publicó más de trescientos artículos en di-
versas revistas evangélicas.
Melvin L. Hodges falleció el 25 de febrero de 1988, a raíz de un ataque al corazón. Lamentan
su fallecimiento su esposa Loyda, su hijo Gilbert E.. Sus dos hijas Miriam Jackson Haynes y
Phillis Weaber, sus dos hermanos Owen y Hardy, sus dos hermanas Vera Hammond y Rudy
Littlefield, diez nietos, y siete biznietos.
Al final de una información biográfica se halló un verso que describe de manera muy ad-
ecuada la vida del Hno. Hodges: “Cuando hables de tu vida solo podrás describir su forma
y sus sombras; nunca podrás describir sus vívidos colores ni su calidad”(Somersert).
El Hno. Hodges, con su bondadoso espíritu y madurez en las cosa espirituales, fue una con-
stante inspiración; y siempre nos hizo recordar que es más importante lo que Dios puede
hacer en nosotros que aquello que puede hacer a través de nosotros.
Los esposos Loyda y Melvin Hodges, llegaron a El Salvador en 1940 y fue su principal preo-
cupación formar teólogos de gran capacidad y convicción, en la cual descansara la Obra



Frederick Ernest  Mebius: FEDERICO ERNESTO MEBIUS.
La anterior es un extracto del acta de nacionalización del Rev. Federico E. Mebius, uno
de los gigantes de pentecostés salvadoreño Y La tinoamérica.  Nació el día 8 de Mayo de 1869 en la ciudad de Victoria. Descrito en su pasaporte expedido por  UNITED KINGDOM O F GREAT BRITAIN AND NORTHERN IRELAND, el  del 19 de Julio de 1939  asi: Domicilio,Izalco,Tacomunca, Altura 5 pies y 8 pulgada; Color de los ojos, azules; color del pelo, café oscuro; NATIONAL STATUS,British (canadian) subject by birth
Contrajo nupcias con la señorita María Rodriga Hurtado, originaria del cantón Talcomunca,  Santa Ana. Procrearon ocho hijos: •Eduardo, Arturo, Alfredo, Federico, Alejandro, Juana, Elena y Olivia. Todos es-tos hijos procrearon nietos y bisnietos y tataranietos. Contandose un centenar de descendientes de hermano Federico a la fecha. Rafael Williams en sus memorias acerca de la primera reunión de iglesias pentecostales, en la ciudad de Ahuachapán en 1930 se expresa de Mebius así:
“Aunque estábamos felices por los ochenta hermanos que asistieron a nuestra primera
conferencia y porque las metas se habían alcanzado, yo estaba un poquito desilusionado
por la ausencia de un amigo, Federico Mebius; quien junto a su familia, habían arribado
en 1913 desde Canadá. Ellos se quedaron en Santa Ana y visitaron varios grupos de las
montañas que habían iniciado bajo el ministerio de un misionero itinerante no
pentecostal. Mebius compartió su enseñanza acerca del Bautismo en el Espíritu Santo y la
gente recibió una gran bendición.
El señor usó a mebius para introducir el mensaje apostólico y trajo a varios cientos al Señor
y a la experiencia pentecostal. De cuando en vez  en los tres meses previos a la primera
Reunión del establecimiento de Las Asambleas de Dios, me reuní con frecuencia. Discutimos abiertamente los pasos que debíamos tomar para ubicar a los creyentes en una norma más bíblica.
Había ciertos creyentes que yo no esperaba estuvieran en la conferencia, pero si esperaba
al hermano Mebius. El tuvo dificultades de matrimonio y quizá no iba a ser reinstalado
como ministro, pero yo sabía que él era respetado por el papel que jugó al inicio. Pensé
que continuaría en la fraternidad con este nuevo esfuerzo.
Pero imagínese la sorpresa al darme cuenta más tarde que mientras nosotros habíamos
estado en nuestra primera conferencia, Mebius se había reunido con otro grupo  en El Congo
en un esfuerzo por organizar una conferencia aparte.”
Hermano Federico tuvo el privilegio ser de los primeros que recibían la promesa del
Espíritu Santo en el siglo 20.
Después de la fundación de Las Asambleas de Dios en Abril de 1930, hermano Federico
quedó ministrando a los grupos apostólicos que no se habían anexado a la nueva
organización evangélica que había llegado a El Salvador.  Al principio residió en las Lomas
de San Marcelino- faldas del Cerro verde, Santa Ana-. Luego compró una propiedad en
la ciudad de el Congo, desde donde visitaba en misión a los grupos pentecostales de su
época. Lo hacía a pie o en su mula. Los caminos eran malos: fangoso o polvosos, pero el
misionero fogoso lleno del Espíritu Santo iba  a cumplir con  la obra de Dios.
H .S Syverson, misionero estadounidense de las Iglesias de Dios llega a El Salvador en 1939.
Carlos T. Furman de Guatemala le había informado de un misionero en El Salvador que
Desesperadamente necesitaba ayuda y sucesor. Mebius recibió al hermano Syverson como
una ayuda de parte de Dios, pues acordaron trabajar juntos y fúé así que Syverson dispuesto
quedarse en el país, habiendo radicado de 1939 a1941 en Cojutepeque. Mebius y Syverson
fundaron el instituto Bíblco de las Iglesias de Dios y fueron sus primeros maestros.


LOIDA STEWART Y DE  WILLIAMS
La Hna. Loida Alma Cooper Stewart Williams nació el 20 de febrero de 1921 en Springs, Colorado, Estados Unidos. Como toda mujer llena de deseos e ilusiones uno de sus mayores anhelos fue servir al Señor en su obra. Junto a su esposo Sterling Willard Stewart, más conocido como  David Stewart, fundaron iglesias en el país y contribuyeron a la construcción del Instituto Bíblico Betel, en San Salvador.
A continuación una entrevista con esta mujer de Dios.
- ¿Cuáles son los tres eventos más grandes de su vida?
Loida: El primero sería el haber aceptado a Jesucristo como mi Salvador personal a la edad de 
años. El predicador hizo el llamamiento y aunque era hija de pastores me arrepentí de mis peca-
dos y el Señor me salvo desde ese momento. El segundo, el matrimonio con mi esposo David y
la formación de mi hogar. Y el tercero, trabajar continuamente en el ministerio de aquel que me
llamó.
-¿Cómo y cuándo llegaron a El Salvador?
Loida: Llegamos el 18 de julio de 1948. Mi esposo y yo deseábamos ser misioneros, pero la
División de Misiones no aceptó y seguimos pastoreando una pequeña iglesia en el Estado de
Arizona. Nuestro viaje como misioneros inició al morir de fiebre tifoidea el misionero asignado
en Nicaragua. Era un culto de jóvenes cuando el predicador contó la historia, a la vez que pidió
reemplazo para él. En ese momento mi esposo y yo aceptamos y la División de Misiones dio el
respectivo permiso.
- Se dice que su esposo y usted ayudaron a la construcción del Instituto Bíblico Betel, en San Salvador. ¿Qué tan cierto es eso, cómo adquirieron estas instalaciones?
Loida: La obra crecía apresuradamente en Santa Ana, donde dio inicio. Mi esposo era el director del instituto allá. Cada vez más se añadían obreros, por lo que el local no era suficiente; había urgencia de construir más centros de estudios tanto en la zona central como en la occidental del país. De allí inició la búsqueda de lotes en San Salvador, Ilopango, Soyapango, etc. hasta dar con este lugar, San Antonio Abad, el cual era una barranca. Lo primero que se construyó fue la casa del director. La construcción fue posible, gracias a la ayuda extranjera de pastores en Estados Unidos y  a la aportación de mi esposo, quien era agricultor y tenía tractores y tierras a gran escala (en Norteamérica), que puso al servicio de la obra. Recuerdo que escribíamos 13 mil cartas cada tres meses, y esto se hizo durante un año. Los niños ayudaban a pegar estampillas… ¡parecía una fábrica de cartas!
-¿Por qué se fueron del país?
Laida: Por la educación de mis hijos menores, necesitaban estudiar la Secundaria. Los dos mayores
ya estaban en Estados Unidos. Yo me quedé en Ciudad Juárez, como misionera en México.
-¿Qué le hace venir al país?
Loida: El amor que le tengo y por su belleza, a la vez que veo la necesidad de libros que hay en
la Biblioteca del Instituto.
-El año de 1998 es El Año de la Mujer a nivel de las Asambleas de Dios, ¿Cuál sería su mensaje
para aquella mujer, esposa de pastor?
Loida: Que sean responsables en sus actos, que trabajen con gran empeño como siervas de Dios
y Él las premiará.
La misionera Loida Stewart, ésta ante la presencia del que la envió desde el día 12 de agosto
2002


RAFAEL WILLIAMS: BRITÁNICO AVENTURERO DE DIOS
“Viajero cansado, cuando bebas de las aguas de este pozo, no te olvides de las manos que
lo cavaron”.
Los padres de Rafael fueron  James Williams y Sarah. Su padre era de Gales y su madre
Inglesa. El hogar de los Williams era sagrado. Cada mañana después del desayuno, toda la
familia se arrodillaba alrededor de la mesa mientras el padre leía las escrituras, luego les
dirigía en oración. El tiempo de devoción se cerraba al son del padre nuestro.
Nació en Sudbrook, Monmouthshire, Inglaterra, el séptimo de 8 hijos .Rafael recibió educación primaria  y cuatro años de educación secundaria. La escuela nocturna le proporcionó estudiar logaritmos, cálculo y diseño. decidió convertirse en un aprendiz del servicio de construcción de barcos de comercio .Durante una semana de servicios evangelísticos en la iglesia local, Ricardo, su hermano, hizo una decisión por  Cristo. Luego trató de ganar a Rafael, quien de manera inflexible resistió los llamados de Ricardo. Tal como era de costumbre nocturna, Rafael, se arrodillaba al lado de su cama y recitaba la oración que se le había enseñado: “Dulce Jesús, humilde y suave, mira a tu pequeño hijo. Ten misericordia de mi sencillez, y hazme venir a
Ti.” En ese momento el Espíritu Santo le redarguyó profundamente. Su resistencia se disolvió
Y fue incapaz de levantarse hasta que invitó a Jesús a su vida.
Dios traía amigos cristianos para que hablaran con Rafael y Ricardo acerca de la obra del
Espíritu Santo en la vida de cada individuo. Pronto estos hermanos recibieron la llenura del
Espíritu Santo. Los dos hermanos se comprometieron a servir al Señor.
La experiencia de ser llenos con el Espíritu Santo trajo un grande y maravilloso cambio
en la vida de Rafael., El nuevo entusiasmo pentecostal era diferente a la actitud cristiana
formal a la que habían estado acostumbrado. Durante el verano los dos hermanos em-
pezaron a viajar a las aldeas aledañas cada tarde para celebrar cultos al aire libre. En el
invierno se realizaban cultos de oración en los hogares donde fuera posible. Durante esos
meses, Dios estaba pre- parando el corazón del futuro misionero para  cosas más grandes por
venir. Uno por uno Dios  dirigía los pasos del joven que le llevarían al otro lado del océano Atlántico a una tierra nueva y extraña para comenzar una vida de ministerio.
Un día, mientras leía el  “Pentecostés Evangel”- El Evangelio pentecostal-  el futuro misionero a los latinos de América, leyó el anuncio del Instituto Bíblico Gala Tidings de San Francisco, Cali-fornia. En esos años se habían establecidos pocos Institutos Bíblicos pentecostales. Aunque significaba alejarse miles de millas de casa, anotó la dirección y escribió al Instituto para pedir una solicitud. ! Que día tan emocionante cuando recibió  una carta de América que le animaba a venir!
Pronto Rafael y Ricardo empezaron a prepararse para viajar a América. Antes de salir, los
Muchachos asistieron a una convención cerca de casa. Alice Luce, una misionera veterana
de la India y de Latinoamérica, era la predicadora invitada. Después de
escuchar el testimonio de los hermanos, ella sintió que la respuesta a su oración pidiendo
misioneros para México. Rafael había estado deseando en secreto que Dios le enviara al
Tíbet. Pero con la urgencia de la señorita Luce se dio por vencido que Dios quería que le
sirviera en América Latina.70 Una multitud asistió a la fiesta de despedida y se programó un servicio de ordenación para
Rafael y Ricardo por parte de los pastores ancianos de la comunidad. Aunque sus padres
estaban emocionados por los planes de sus hijos, no podían evitar echarles de menos.
Durante el servicio la madre de Rafael se sintió alentada al saber que los eventos eran obra
del Señor .Su madre se sentía segura al saber que sus hijos iban con Dios. Mientras que los
ancianos oraban por sus hijos, ella visualizó la mano de Jesús que se posaba sobre ellos en
bendición y protección. Así fue consolada grandemente.
Llegó el día de su partida. Dejar la tierra de tantas memorias no era fácil para los muchachos,
pero estaban seguros que era la voluntad de Dios y por consiguiente fueron capaces de
dirigir sus ojos hacia América  y a la nueva vida que les esperaba.
Nueve días después, Rafael y Ricardo miraban mas allá del mar; divisaban la Estatura de
la Libertad y América. ¡Habían llegado! Ansiosamente emprendieron su viaje de seis días
por tren hasta San Francisco y al instituto bíblico al que llamarían su hogar. Fue un día
realmente maravilloso cuando vieron al pastor Robert Craig esperándoles; él fue su primer
amigo verdadero en un mundo nuevo y diferente .
Y así comienza una vida nueva para Rafael Williams: una vida llena de amor, de esperanza
, dolor, y más que todo fe. El Hno. Rafael Williams fue el Primer Superintendente de las
Asambleas de Dios, electo el 30 de abril de 1930.

FAMILIAS MISIONERAS DE ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA EN EL SALVADOR
Son varias las familias misioneras de los Estados Unidos  a través de la historia han venido al
país para colaborar en el engrandecimiento y prosperidad del Santo evangelio de nuestro
Señor Jesucristo. En estas páginas haremos mención  de aquellos que emplearon   su vida trabajando en nuestro país.
FAMILIA WILKE
En 1942 vino a El Salvador el Revdo. Eral Wilke y su apreciable esposa doña Rubí de Wilke. El
Hno. Wilke trabajó con mucho amor en todo el país por espacio de cuatro años, dedicando
la mayor parte de su ministerio al Oriente del país, quedando como un grato recuerdo de
su ministerio en la referida zona oriental, el solar donde está ubicado el Templo Betel en
la ciudad de San Miguel. En el año de 1946 regresó a los estados Unidos, dejando gratos
recuerdos en el corazón de los hermanos salvadoreños.
FAMILIA STEWART
En el mes de enero de 1948, llegaron a El Salvador los inolvidables esposos Revdo. Sterling
Stewart y su querida esposa, doña Loida de Stewart.
Primeramente establecieron su domicilio en la ciudad de Santa Ana, desde atendían la
obra de todo el país. Durante varios años colaboraron con su ministerio a favor de la Iglesia
Betel en Santa Ana, y desempeñaron precioso ministerio en el Instituto Bíblico Betel que
funcionaba en la misma ciudad.
Desde Santa Ana prestó su valiosa colaboración el evangelista internacional Richard Jef-
frey en la trascendental campaña del año de 1956, pues le tocaba viajar todas las noches
a San Salvador para presidir los alegres cantos que entonaban aquellos hermanos recién
convertidos al Señor y que por ello cantaban con mucho fervor cristiano.
En 1963, los esposos Stewart trasladaron su domicilio a la capital de la República, San Sal-
vador, a fin de tomar posesión de la enorme tarea de construir el nuevo Instituto Bíblico.

Después de vivir ocho años en la capital y veintitrés en total en  nuestro país, logro ver la ter-
minación del moderno y amplio edificio destinado para el Instituto Bíblico en San Salvador,
así como también el gigantesco Tabernáculo y las Oficinas Centrales de la Conferencia Fue
llamado para recibir su galardón eterno en las moradas celestiales de su Señor y Salvador,
falleció el 3 de julio de 1971.
El Revdo. Sterling Stewart se encuentra sepultado en el Cementerio General de San Salvador.
Se llevó en su corazón la satisfacción del haber cumplido, como un fiel soldado de Cristo en
la tierra. Su honorable familia regresó para los Estados Unidos en el año de 1972.
FAMILIA LINDVALL
En el mismo año en que vino a El Salvador la familia Stewart, llegaron también los esposos
Lindvall.
Los hermanos Lindvall arribaron al país en el mes de junio de 1948. El Revdo. Lindvall se
distinguió por su noble visión de extender el evangelio por todos los lugares apartados
del territorio nacional; gran parte de su tiempo lo pasaba en las carreteras, asistiendo a
Fraternidades, juntas de pastores, cursos bíblicos, o visitando  las diferentes iglesias.
Trabajó como profesor en el Instituto Bíblico, colocó pastores en diversos lugares del país,
y por especialidad superó maravillosamente la Escuela Dominical. El 5 de abril de 1966,
después de 18 años de bendecido ministerio, partió para atender nuevos ministerios en
América del Sur.
FAMILIA NICODEMUS
El Revdo. Waldo Nicodemus y su esposa doña Catalina de Nicodemus, vinieron a nuestro
país el 8 de junio de 1962, procedentes de Bolivia y Cuba, en donde estuvieron bendecidos
por espacio de cuatro y diez años, respectivamente.
Su ministerio en El Salvador fue de cinco años, durante los cuales el Revido Waldo Nicode-
mus siguiendo la trayectoria de otros misioneros, consagró parte de su tiempo a visitar las
iglesias en el interior del país. Trabajó como Director del Instituto Bíblico, quien con sus
hábiles enseñanzas contribuyó eficazmente para la preparación de obreros para el Señor.
Su apreciable esposa, además de las obligaciones del hogar, fue maestra muy competente
al lado de su esposo en la noble misión de la enseñanza de la Palabra de Dios, quien además
 demostró mucha actividad en el campo de la Escuela Dominical. En abril de 1968, los esposos
Nicodemus fueron llamados para servir en otro campo misionero.
FAMILIA DAVENPORT
El Revdo. Glen Davenport y su esposa doña Elena de Davenport llegaron a El Salvador en
el mes de diciembre de 1966. Durante su primer año de ministerio en El Salvador, el Revdo.
Davenport se dedicó a visitar las iglesias de todo el país estableciendo por este medio amis-
tad y muy buena comunicación con todos los pastores de la conferencia de las Asambleas
de Dios del territorio nacional.
En el segundo año de su ministerio comenzó a tomar parte como profesor del Instituto
Bíblico, visitando además con mucha frecuencia las iglesias, siempre que disponía de tiempo.
También desempeñó el cargo de Director del Instituto Bíblico de las Asambleas de Dios.
El primero de enero de 1971, fue un día de profundo pesar para los esposo Davenport, pues
en está fecha falleció su primogénita niña, ya una señorita de doce años de edad, Cheryl Ivo-
nne Davenport. La niña fue velada en el Centro Evangelístico y muchos hermanos en Cristo
y amigos de los hermanos Davenport les expresaron palabras de profunda condolencia.
No hay duda ninguna, que el haber perdido un ser tan querido, como también el llamamiento
divino que los trajo a este país, les anima a seguir su ministerio en El Salvador, mientras el
Señor tarda en venir. El Revdo. Glen Davenport, juntamente con su esposa, se abren paso
cada día en el corazón de sus alumnos, a quienes imparten con mucho amor las enseñanzas
de la Palabra de Dios.
FAMILIA CALKINS
El Revdo. Harold Calkins y su esposa doña Bethy de Calkins, vinieron a El Salvador en el mes
de mayo de 1967. Con justa razón podemos describir al Revdo. Calkins como un hombre
de Dios, con mucho entusiasmo en la obra del Señor Recorrió el país visitando las iglesias
y celebrando campañas de evangelismo en plazas públicas de distintos pueblos de la
República. Sus enseñanzas a los alumnos del Instituto Bíblico han sido de mucha bendición
para todos. Sus himnos traducidos del inglés al castellano han llevado la bendición de Dios
a muchos corazones.
Los pastores y miembros del Centro Evangelístico guardan un cariño para el misionero
Harold Calkins, por su valiosa colaboración en la Escuela Dominical y otras dependencias.

 RAFAEL Y JOYA WILLIAMS
Para fines de 1929 llega la primera familia misionera: El Hno. Rafael Williams, su esposa, Hna. Joya; y un niño.
La labor del Hno. Rafael comienza de inmediato. Recorre las iglesias y les invita a la Conferencia de Fundación a realizarse el 19 de abril de 1930. Ese día, doce iglesias son representadas y se aprueba la Constitución de las Asambleas de Dios de El Salvador. El
Hno. Rafael Williams es electo Superintendente y el Hno. Francisco Arbizú
Secretario - Tesorero. Otro acontecimiento realza esa magna fecha: El Hno.
Williams bautiza al Hno. Arbizú y su esposa.
La naciente obra de Dios en El Salvador es dirigida largo tiempo por los mi-
sioneros, ya que no se contaba con la experiencia necesaria para guiar esta
obra. El Hno. Rafael Williams fungió como Superintendente por 22 años, cargo que luego fue asumido por el Hno Arbizú. Por 45 años la dirección del Instituto Bíblico Betel se encomienda a un misionero,
hasta en 1975 dirige la obra de las Asambleas de Dios en El Salvador el Hno. Abel de la Cruz.
El aporte de los misioneros para el desarrollo  y consolidación de la iglesia en el país fue grande. Ellos vinieron a ser orientadores, consejeros…y padres. Todos son de grata recordación entre los obreros nacionales. He aquí algunos de estos siervos que dejaron su juventud y honda huella en los corazones de los salvadoreños: Rafael Williams, 1929, Melvin Hodges, 1938-1953; David Stewart,
1948-1971 (sus restos descansan en el país); Pablo Finkenbinder, 1944-1965; Arturo Lindball, 1948-
1966; Juan Bueno 1961 a la fecha; Waldo Nicodemus, 1962-1968. Glen Davenport, Harold Calkins.


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