sábado, 22 de octubre de 2011


MOVIMIENTO PENTECOSTAL MODERNO EN EL SALVADOR Y EL MUNDO.
1900- 2012 


1      ORIGEN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS. 1914. USA.     2    NACEN LAS ASAMBLEAS DE DIOS DE EL SALVADOR    3     HABLAN EN OTRAS LENGUAS: GLOSOLALIA

El origen del movimiento pentecostal moderno no se puede atribuir a persona determinada alguna, pues existen evidencias de derramamientos simultáneos del Espíritu Santo en lugares diferentes.
Los pentecostales recordamos la noche de la víspera del año nuevo de 1900 como una de las fechas claves de nuestra historia. Fue la primera vez desde la época de la Iglesia Primitiva que el bautismo del Espíritu Santo fue buscado y hallado. El hablar en lenguas fue la evidencia inicial. El evangelio completo comenzó a predicarse en Springs, Missouri, con el bautismo en el Espíritu Santo y la sanidad divina. W.J. Seymour, hombre de color, ministro ordenado fue otro siervo de Dios que recibió la experiencia pentecostal y llevó el mensaje a Calle Azusa, 312, Los Ángeles, Estados Unidos, ahí comenzó un glorioso avivamiento el 9 de abril de 1906. Mientras Seymour predicaba la gente comenzó a recibir el bautismo del Espíritu Santo. Se reían, cantaban hasta que parecían estar llenos de “mosto”. Este avivamiento duró tres años. La gente que llegó era gente sencilla pero que, llenos del poder de Dios regresaban a sus lugares de origen para encender el fuego de Dios, formándose pequeños grupos de predicación que con los meses se convertían en fogosas iglesias pentecostales
El Concilio General de las Asambleas de Dios de los Estados Unidos, surgió como resultado del movimiento religioso que tuvo origen a principios del presente siglo, y que se esparció más tarde con rapidez por todo el mundo.
Una intensa sed espiritual, en virtud de la cual se llevaron a cabo reuniones de oración entre grupos de creyentes de distintas denominaciones, fue una de las características que se evidenciaron a fines del siglo pasado.
Como resultado de las actividades de estos creyentes, se produjeron avivamientos en distintos lugares de Estados Unidos y Europa. Caracterizaba a estos avivamientos un intenso fervor de evangelización y un profundo espíritu de oración.
Así mismo, se daba énfasis a los dones espirituales y a sus operaciones, incluso sanidad divina para el cuerpo y el hablar en otras lenguas, como señal de la recepción del Bautismo del Espíritu Santo. Hechos 2:4. Predominaba asimismo el celo misionero basado en la profunda convicción relativa al inminente retorno del Señor Jesucristo y a la conciencia de la responsabilidad que incumbía a los creyentes bautizados en el Espíritu Santo, de obedecer el último mandamiento del Señor.
El origen del movimiento pentecostal no se puede atribuir a persona determinada alguna, pues existen evidencias de derramamientos simultáneos del Espíritu Santo en lugares difer-entes. Un ministro evangélico llamado Daniel Awrey, recibió el bautismo del Espíritu Santo en su plenitud pentecostal en enero de 1890, en la ciudad de Delaware, estado de Ohio, Estados Unidos de América. Un grupo de creyentes pentecostales realizó una convención en 1897 en Nueva Inglaterra. Más o menos en la misma fecha, se produjo un avivamiento en el estado de Carolina del Norte. En el estado de Tennessee, según declaraciones de Clara Smith, que fuera posteriormente misionera en Egipto, había para el año de 1900, unas cuarenta o cincuenta personas que habían recibido el Espíritu Santo. Ese mismo año, se produjo un avivamiento pentecostal entre un grupo de creyentes de nacionalidad sueca en la ciudad de Moorhead, estado de Minnesota, cuyos resultados se palpan aun en la actualidad. Las Asambleas de Dios debe su existencia primeramente al derramamiento del Espíritu Santo, sobre un grupo de creyentes en la ciudad de Topeka, estado de Kansas, en el año de 1901.
Pequeños grupos de obreros cristianos, procedentes de este avivamiento, se esparcieron por los estados de Kansas, Oklahoma y posteriormente Texas. Fue así que se formaron asambleas de creyentes quienes más tarde se plegaron al Concilio General. Uno de esos grupos comenzó reuniones en la ciudad de Houston, Texas. W.J. Seymour, predicador de color perteneciente al grupo denominado “de santidad”, recibió el mensaje en dicha ciudad, pero antes de recibir el bautismo del Espíritu Santo fue invitado a predicar las buenas nuevas a un grupo de gente de color en la ciudad de Los Ángeles, California. Allí presentó el mensaje pentecostal, de manera que nació la fe en el corazón de los oyentes, realizándose reuniones de oración de intenso fervor.
En el mes de abril de 1906, un grupo de creyentes recibió el Bautismo del Espíritu Santo, en la ciudad de Los Ángeles, acompañado del hablar en otras lenguas. Se comenzó asimismo la distribución gratuita de una revista, de manera que las noticias se esparcieron por todas partes.
Numerosos creyentes, motivados por la sed espiritual viajaron hasta la ciudad de Los Ángeles a fin de comprobar personalmente lo que ocurría. Muchos de los que observaron las manifestaciones de carácter divino y las creyeron, se humillaron ante la presencia de Dios y buscaron recibir el Bautismo del Espíritu Santo. Otros, endurecieron su corazón y se burlaron. Fue así que mediante la palabra oral y escrita, las noticias se esparcieron por todas partes. Al mismo tiempo, se supo que se había producido manifestaciones similares del Espíritu Santo en muchas ciudades del este y del centro de los Estados Unidos, como También, en el Canadá, Chile, La India, Noruega y las Islas Británicas. Podemos decir que mientras se producía un derramamiento del Espíritu Santo, en la ciudad de Los Ángeles se efectuaban reuniones pentecostales de campamento en la de Ashdond, cerca de Duxbury, estado de Massachusetts. En ambos lugares los creyentes experimentaban el Bautismo en el Espíritu Santo, acompañado de hablar en otras lenguas.
EL MENSAJE PENTECOSTAL SE ESPARCIÓ CON TAL RAPIDEZ QUE RECIBIÓ EL NOMBRE DE MOVIMIENTO.
En virtud de ello, el término “Movimiento Pentecostal” pasó a designar a todos los grupos que recalcaban la recepción del Bautismo en el Espíritu Santo, acompañada del hablar en otras lenguas, según inspiración divina. Era inevitable, sin embargo, que surgieran diferencias de opinión con respecto a doctrinas y prácticas, porque aquellos que pasaron a formar parte del nuevo movimiento carecían de autoridad ejecutiva y de organización central que determinaría la política a seguir.
En virtud de esta sentida necesidad, la cual era aparente a todos, un grupo de ministros pentecostales representativos, decidió solicitar la formación de un Concilio General, según el modelo del Concilio del que se nos habla en el capítulo 15 del libro de los Hechos, a fin de que unificará y estableciera normas con respecto a las enseñanzas y prácticas del movimiento.
El pedido fue elevado por el Revdo. E. N. Bell y un grupo de asociados. El Revdo. E. N. Bell, ejercía las funciones de director de la revista mensual independiente denominada, “Word and Witness” (Palabra y Testimonio) que se publicaba en la ciudad de Malvern, estado de Arkansas. En respuesta a la solicitud mencionada, el primer Concilio se reunió en la ciudad de Hot Springs, Arkansas, desde el 2 hasta el 12 de abril de 1914. La mayoría de los que apoyaron la convocatoria procedían de los primeros grupos pentecostales del Centro Oeste de los Estados Unidos, más bien que de Los Ángeles.
Asistieron al primer Concilio unos trescientos ministros y delegados, aproximadamente, procedentes de iglesias pentecostales independientes de todo el país. La creación del Concilio no obedecía al deseo de crear un cuerpo eclesiástico que asumiera la jurisdicción sobre las iglesias pentecostales libres, sino más bien para estrechar los vínculos de la unidad cristiana y establecer bases bíblicas para la comunión, trabajo y actividades en favor de la extensión del reino de Cristo.

2  NACEN LAS ASAMBLEAS DE DIOS DE EL SALVADOR
El origen del movimiento pentecostal moderno no se puede atribuir a persona determi-
nada alguna, pues existen evidencias de derramamientos simultáneos del Espíritu Santo
en lugares diferentes.
Los pentecostales recordamos la noche de la víspera del año nuevo de 1900 como una de
las fechas claves de nuestra historia. Fue la primera vez desde la época de la Iglesia Primi-
tiva que el bautismo del Espíritu Santo fue buscado y hallado y el hablar en lenguas fue la Pentecostales de evidencia inicial. El evangelio completo comenzó a predicarse en Springs, Missouri, con el bautismo en el Espíritu Santo y la sanidad divina. W.J. Seymour, hombre de color, ministro ordenado fue otro siervo de Dios que recibió la experiencia pentecostal y llevó el mensaje a Calle Azuza, 312, Los Ángeles, Estados Unidos, ahí comenzó un glorioso avivamiento el 9 de abril de 1906. Mientras Seymour predicaba la gente comenzó a recibir el bautismo del Espíritu Santo. Se reían, cantaban hasta que parecían estar llenos de “mosto”. Este avivamiento duró tres años. La gente que llegó era gente sencilla pero que, llenos del poder de Dios regresaban a sus lugares de origen para encender el fuego de Dios, formándose pequeños grupos de predicación que con los meses se convertían en fogosas iglesias pentecostales.

PENTECOSTÉS EN EL SALVADOR
De aquella explosión espiritual en la calle Azusa y otros lugares, salieron hombres encen-didos con el poder del Espíritu Santo a diferentes países. Federico Ernesto Mebius fue uno de estos varones de Dios, que había sentido un llamamiento especial para ministrar en América Latina. El Hno. ingresó al territorio salvadoreño en 1906 y comenzó sus operaciones evangélicas en Ciudad Delgado, luego pasó a Monserrat y finalmente por medio de otros creyentes, llegó a un lugar que había de convertirse en el Aposento Alto Salvadoreño: Las Lomas de San Marcelino, Cantón de Coatepeque, Santa Ana, en donde se organizó la Pri-mera Iglesia Pentecostal.
Este aguerrido misionero canadiense era el líder que todo lo creía en el Espíritu Santo y decía que sin el Espíritu, todo era hojarasca y que no hay santidad sin el Espíritu, y que sólo hay victoria a través del Espíritu Santo. Así creía él.
El Hno. Federico se casó con una salvadoreña y procrearon 8 hijos, murió en 1945 y sus restos mortales descansan en el Cementerio de Santa Tecla.El avivamiento de las Lomas de San Marcelino vino a ser el comienzo de la obra pentecostal en El Salvador, la que durante unos 15 años no tuvo organización eclesiástica formal.Incluso no tenían pastores, sino que eran gobernados por un grupo de ancianos entre los cuales sobresalía un líder; quien a veces se convertía en caudillo de grupo. De aquel avi-vamiento se formaron grupos siendo los más sobresalientes: El Congo, Quezaltepeque, El Guayabo, Armenia y otros.
Los cultos no tenían orden alguno. El que llegaba primero comenzaba a cantar y los demás que iban llegando se unían al canto. La predicación se hacía entre varios. Cuando se oraba el Espíritu Santo se derramaba: Había danza, profecía y manifestaciones del Espíritu Santo. El culto se alargaba hasta pasadas horas de la noche. A las reuniones de Lomas de Marcelino asistió  Francisco Ramírez Arbizú quien habría de convertirse en figura histórica de las Asambleas de Dios. Entre Arbizú y Mebius nació una gran amistad.
Mebius instó a Arbizú a viajar a los Estados Unidos para conocer más de las Asambleas de Dios y así enseñar a los grupos pentecostales nacionales. Arbizú era dueño de una zapatería en Santa Ana y como el costo del viaje era elevado él tuvo que vender su negocio para ir de viaje.
UN VIAJE HISTÓRICO DE FRANCISCO ARBIZÙ
El Hno. Francisco Arbizú nos relató: “Llegó a mis manos la revista “Luz Apostólica”, editada en San Antonio Texas, por Henry C. Ball. En esta revista se veían las fotografías cuando iban a hacer los bautismos a los ríos como estaban organizadas las iglesias pentecostales con pastores y misioneros en el norte. Esto despertó curiosidad e inquietud en mí de que la obra pentecostal de El Salvador fuera como en el norte”.
“Yo tenía un taller de zapatería algo fuerte, donde tenía quince operarios y lo vendí para poder sufragar  los gastos de mi viaje a los Estados Unidos. También colaboraron para mi viaje otros hermanos pentecostales que tenían interés en el progreso de la obra, siendo el-los: Anacleto Torres, Crecencio Zalazar y J. Navas. Viajé en el primer recorrido que hacían los automóviles hacía Guatemala, en el mes de septiembre de 1926. De la Ciudad de Guatemala viajé a Puerto Barrios y de ahí en un barco bananero a Nueva Orleans; luego me conduje en ferrocarril a San Antonio Texas”.
“Llevaba conmigo la dirección del Hno. Henry Ball, a quien le comunique el propósito de mi viaje, pero él no me dio esperanza alguna.De San Antonio Texas, me vine a la ciudad de México, sin saber que allí se iba a llevar a cabo una gran convención; era la décima convención de las Asambleas de Dios de México. David Ruezca me instó a esperar esta convención, donde habrían oportunidades de conseguir ayuda. Le conté al Hno. David Ruezca de la obra pentecostal en El Salvador, y él compartió con otros pastores, de modo que cuando llegó la convención fue fácil persuadir a los hermanos a ayudarnos”. El Hno. Francisco regresó optimista a El Salvador.
Para 1927 llegó el misionero Jorge Blaidel a inspeccionar la naciente obra pentecostal de El Salvador, y junto al Hno. Arbizú  visitaron los grupos establecidos, convocándolos a una reunión en Lomas de San Marcelino, un cantón del Congo, departamento de Santa Ana; aquí se extendieron las primeras credenciales a los pastores.
Blaidel regresó a los Estados Unidos y dio su in-forme favorable acerca de las iglesias “Libres” en El Salvador, y pedía su incorporación a las Asambleas de Dios.
En su segundo viaje Arbizú es ordenado sin ser bautizado en agua, el 18 de noviembre de 1927 y da informe del progreso de la obra; aquí se entrevista en San Antonio Texas con los Hnos. Williams, quienes le hacen preguntas acerca de El Salvador y dicen estar dispuestos a trabajar en nuestro país por el Señor.
Federico Ernesto Mebius no se incorporó a las Asambleas de Dios con la llegada de los misioneros, sino que continúo trabajando con los grupos “libres”. Así varios hermanos prefirieron trabajar independientemente tomando el nombre de Apostólicos, Apóstoles y

REUNIÓN DE PASTORES Y DELEGADOS: LA CONFERENCIA ANUAl
Los pastores se reúnen una vez al año, junto a los delegados de las iglesias para tratar los asun-
tos relacionados con la obra de Dios. También asisten a esta reunión los Presbíteros de distrito, de zona y el Comité Directivo. A estas reuniones  que duran cinco días y que se celebran la primera semana de enero se les llama conferencias. La primera conferencia se llevó a cabo en la Ciudad de Ahuchapán en el mes abril de 1930. Se elige primer Superintendente al Hno. Rafael Williams y Secretario - Tesorero al Hno. Francisco Ramírez Arbizú. En 1931 la reunión anual de la obra se llevó a cabo en Santa Ana. En 1933, en Quezaltepeque. De 1934 a 1937 en diferentes lugares. En 1938, en el cantón El Tinteral, Ciudad Arce.
UNA IGLESIA MODELO POR MUCHOS AÑOS:
TEMPLO BETEL, SANTA ANA
Después de comprar el terreno para el Instituto Bíblico en Santa Ana en 1937, se compró otro
terreno anexo de 1300 V2 donde se construyó el hermoso Templo Betel que por mucho tiempo fue el centro de operaciones de la misión.

Fue la iglesia modelo de las Asambleas de Dios.Antes de construirse el templo, ya estaba una pequeña congregación que alquilaba el local para congregarse. Al construir el templo, ésta congregación vino a estrenar el nuevo local.
Esta iglesia estuvo muy familiarizada con los estudiantes del instituto. En el templo se hacían
devocionales de los estudiantes y las Conferencias Anuales. Hno. Pio Quinto Flores, José Irene Granados, José Gustavo Galdámez, fueron de los primeros pastores. Hno. José Fidel Amaya, Abel Cruz, Juan Evaristo Martínez, Cornelio Lemus, Marcos Amaya son de los siervos que pastorearon el Templo Betel, en los últimos años. La mayoría de estos siervos formaron parte, por muchos años, del Comité directivo de las Asambleas de Dios.
                   
APOSENTO ALTO SALVADOREÑO
El pentecostalismo en El Salvador tuvo mejor recepción en el campo que en la ciudad.
Cuando se convertía un bachiller al evangelio era una gran noticia entre los pastores de que
un profesional se había convertido. Al preguntar a los pastores qué profesión u oficio tenían
antes que el Señor los llamara nos dicen: Peluqueros, campesinos, obreros, zapateros(como
el Hno. Arbizú, fundador), pescadores, artesanos, soldados.
El deseo de llegar a San Salvador con el mensaje pentecostal fue una gran visión de mis-
ioneros y nacionales. Se hizo esfuerzos enviando estudiantes con literatura a evangelizar
la capital. Durante la década de los 40 no se obtuvo resultado alguno sino conversiones
individuales y uno que otro grupito aislado que se congregaban.
LOMAS DE SAN MARCELINO: CERRO VERDE. SANTA ANA
La carretera que va de Santa Ana a Sonsonate, vía Cerro Verde,,lago de Coatepeque, tiene
vistas panorámicas bellas: El volcán de Santa Ana y muchos cafetales.    Cerro Verde, lu-
gar turístico donde se construyó el Hotel de la Montaña para atraer turistas extranjeros. Se
aprecia el volcán de Izalco en erupción. Los que lo vieron nos cuentan que fue algo bello.
Dos kilómetros después de desviarse hacia el Cerro Verde, a 5 kilómetros de hotel de mon
taña del Cerro Verde. se encuentran Las Lo-mas de San Marcelino, Cantón de el Congo,
departamento de Santa Ana. Aquí en la campiña salvadoreña tuvo su origen el avivamiento pentecostal que llegaría a todos los departamen-tos de El Salvador. Una década (1930-1940). Las Asambleas de Dios fueron peregrinos en los mesones y casas de alquiler para sus oficinas
centrales e Instituto Bíblico. En 1940 ya se encuentra con el edificio propio en la Ciudad
de Santa Ana, que se convirtió por 28 años en el centro de operaciones de las Asambleas
de Dios.
OTRO SALTO: SANTA ANA
La visión de nacionales y misioneros luego de Santa Ana era llegar a la capital, San Salvador.
Para 1948 se cuenta ya con la Iglesia de las Asambleas de Dios en calle Concepción, San
Salvador. “Elim” es su nombre y por varios años estuvo alquilando local para la predicación.
Pastores de ésta iglesia fueron: Froilán Huezo, José Felix Trejo. Un gran paso se da en San
Salvador con la compra de un terreno con una casa estilo de campo en la 2º Avenida Norte
Nº 1617, lugar donde esta hoy el Centro Evangelístico (esto en 1950). Para 1956 la Iglesia
Elim cuenta con 35 miembros y 50 personas de asistencia a los cultos. Desde Santa Ana
viajan constantemente los obreros para apoyar esta obra. Melvin Hodges, Francisco Arbizú,
Gustavo Gáldamez, esperan la llegada de un avivamiento que sacuda a la capital.
El tiempo de Dios para San Salvador llega en los meses de enero a abril de 1956, cuando
llega Ricardo Jeffrey, siervo de Dios, ungido con el poder del Espíritu Santo. La campaña de
salvación y sanidad divina se lleva a cabo en la colonia la Rábida donde el poder de Dios
se hace manifiesto obrando portentosos milagros de sanidad divina. Centenares de almas
aceptan al Señor Jesucristo como Salvador de sus almas.
Como resultado de aquella primera campaña que el Hno. Jeffrey llevo a cabo, la iglesia Elim
quintuplicó su asistencia y varias iglesias se fundaron en la capital, pudiéndose mencionar
las siguientes: Barrio Lourdes, Cuscatancingo, Barrio la Vega y Barrio San Jacinto.
Aquella casita donde predicaba la iglesia Elim fue demolida, pues los hombres de Dios,
líderes de la obra de aquellos días, tenían visión de que Dios iba a ser algo especial en San
Salvador. La idea de hacer de esta iglesita un centro de expansión evangelística para toda
la capital persistía en el corazón de los líderes.
Para 1960 se colocaba la armazón de hierro para la construcción de un templo mucho más
grande. Estos trabajos eran supervisados por el Hno. Rafael Williams.
El Presbiterio General acordó, en vista de la fuerza que había tomado la iglesia Elim, nombrar
un pastor que fuera un misionero estadounidense. Esta decisión trajo el rompimiento de la
iglesia. De 400 miembros quedaron solo 150 miembros. El resto de hermanos siguió a su
pastor anterior, Hno. Felix Trejo, quien siguió predicando en un local alquilado.
Por 8 meses Gilberto Marrero pastorea la congregación hasta que en noviembre de 1960
toma el pastorado de la iglesia el Hno. Juan Bueno; pero ahora ya no con el nombre de Elim
sino con el nombre de Centro Evangelístico.
 
3          HABLAN EN OTRAS LENGUAS: GLOSOLALIA
La Glosolalia - hablar en lenguas por inspiración divina - fue una de las características de la iglesia
primitiva. La presencia del Espíritu Santo en el nacimiento y extensión de la iglesia en los prim-eros siglos fue una experiencia que los nuevos creyentes disfrutaron. El primer derramamiento
lo encontramos relatado en el Libro de los Hechos 2:1-4. Luego los creyentes de la Ciudad de Samaria experimentaron esta bendición. Hechos 8:14-19.
Los gentiles en la casa de Cornelio fueron también beneficiados con esta experiencia, Hechos 10:44-48.Por último el Libro de los Hechos capítulo 19:1-7, nos narra de los discípulos de Efeso, quienes re-cibieron el Espíritu Santo cuando pablo les impuso las manos.
En tres de los cuatro casos anteriores, se nota, que al recibir el Espíritu Santo, los creyentes
hablaron en lenguas:
“Y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen” Hechos
2:4. “Los oían que hablaban en lenguas” Hechos 10:46. “Y hablaban en lenguas y profetiza-
ban”. Hechos 19:6.
En el transcurso de los siglos esta manifestación espiritual en los creyentes desapareció,
siendo a fines del siglo pasado y principios de éste, que Dios restablece pentecostés, habi-
endo derramamientos simultáneos en varias partes del mundo.
En los Estados Unidos se convocó una convención en la Ciudad de Hot Springs, Arkansasen 1914. Asistieron 300 ministros y delegados de Los Estados Unidos de América. que
representaban algún grupo de hermanos que habían recibido el Espíritu Santo. De esta
convención nació el Concilio General de las Asambleas de Dios en los Estados Unidos. En
El Salvador fue en las Lomas de San Marcelino, junto a la carretera que conduce al Cerro
Verde, en Santa Ana; donde se originó un derramamiento del Espíritu Santo, en las primeras
décadas del presente siglo; dando origen a la primera iglesia Pentecostal Organizada de El
Salvador: Las Asambleas de Dios (1930).
Hoy, después de mas de  70 años de predicar el evangelio completo, las Asambleas de Dios
cuentan con mas de 1200 iglesias extendidas en los 14 departamentos de El Salvador . En
la actualidad se sigue dando énfasis a la experiencia pentecostal de los nuevos y antiguos
creyentes en el hablar enotras lenguas y en las manifestaciones de los dones espirituales.
Estos son manifestados en los servicios de adoración, vigilias y actividades espirituales de
las iglesias en todo el país.
Compartimos con los lectores la experiencia de recibir el bautismo del Espíritu Santo, con
la señal inicial de hablar en otras lenguas, según lo relatan los siguientes hermanos:
“Me encontraba orando con las hermanas cuando comencé a sentir que se me dormían
los pies de una manera extraña, a pesar de ello sentí que era algo agradable lo que me
estaba sucediendo: el hormigueo me fue subiendo hasta la cintura, a los hombros y luego
a la cabeza. Se me durmió la lengua, pero no hablé otras lenguas. Nos levantamos de orar
y seguía el mismo hormigueo. Me dirigí a mi casa y cuando llegué, todavía lo mismo, mo-
mento después todo pasó y no volví a sentir esa sensación. Un día viernes en que el Hno.
Francisco Repreza, mi pastor, iniciaba una hermosa vigilia, recuerdo que desde que entre a
la capilla comencé a sudar y a llorar, en el segundo culto de la vigilia no me sucedió nada,
sino hasta el tercer culto: Me hinqué a orar porque algo comenzó a llenar mi vida. Me ar-
rodillé postrado en tierra y lloré con todo el corazón. Una cosa extraña sucedió: Todo mi
cuerpo comenzó a hormiguear y me temblaban los pies. Quise detener ese temblor con
las manos y el temblor se me pasó a las manos, y luego me tembló el hombro mientras yo
decía: “Gloria a Dios”.
La lengua se me durmió totalmente y comencé, por primera vez a hablar en otras lenguas,
de una manera sobrenatural como nunca lo había hecho.
“Recuerdo que eran casi las cuatro de la mañana cuando me levanté; todavía sentía lo mismo
y al salir de la vigilia continuaba llorando de manera que sentía que no ponía los pies sobre la tierra. No podía cantar los coros o ponerme a orar y comencé a danzar hasta sudar y mojar
toda mi ropa. Tenía visiones a montones y en mí se desarrollaba el don de la sabiduría: El
discernimiento del Espíritu. Desde ese día siempre he tenido experiencias con el Espíritu
Santo. he visto en mi ministerio manifestarse los dones del Espíritu Santo, y creo que no
fueron los ayunos los que me hicieron sentirlo, sino que Dios en su gran misericordia”.
Israel Gutiérrez
“Llegué al templo muy temprano y comencé a orar con la familia del pastor mientras más
hermanos seguían llegando de repente, vino una cosa caliente que sentí que la casita de
oración era como un horno, pero era algo agradable en aquel lugar. En ese momento, la
esposa del pastor, una señora muy consagrada al Señor; comenzó a danzar de rodillas hasta
el altar donde me encontraba orando, ella impuso las manos sobre mi cabeza y me estremecí
por la forma en que sentía la presencia del Señor. Luego vi que del techo se desprendió una
bola de fuego, que literalmente bajaba hacia mi cabeza. En ese momento me levanté y fui
afuera porque sentía temor. Yo no sabía cual era verdaderamente la experiencia de hablar
en lenguas y esa noche solo fue de llorar en el culto.
Después que terminó el culto, platiqué con el pastor y su esposa y les conté lo que había
pasado en mi vida; ellos me dijeron que estaba siendo ungido y que no me hubiera le-
vantado, sino que hubiera seguido clamando. Ya en mi casa quise volver a llorar y poder
recibir al Espíritu Santo. Nuevamente el domingo llegué dispuesto a recibir el Espíritu Santo
teniendo una verdadera orientación, pero no pude lograrlo. El día lunes de oración clamé al
Señor y unos hermanos pusieron sus manos en mí y volví a sentir aquel ambiente agradable,
de repente salían palabras extrañas de mi boca y fue una alegría, sentí fuerzas para seguir
adelante. Fue en ese momento donde sentí el impulso de salir a la obra…”
Pastor de Guazapa.
“Estaba confiado y pensaba que iba a predicar un buen sermón esa noche. Habían muchos
hermanos y amigos esa noche. Llegó el momento del mensaje. Oraron por el mensaje y
luego me entregaron el púlpito. Todavía tenía el sermón en mi mente, pero tuve una gran
sorpresa esa noche; solo di tres pasos hacia el púlpito y esa fue la distancia suficiente para
olvidar todo.
Cuando llegué al púlpito no llevaba nada en mi mente, me afligí mucho porque la gente
esperaba el mensaje y yo no tenía nada, ni siquiera el texto base para mi sermón. En ese instante clamé al Señor y le pedí perdón por mi actitud. Dios mismo me enseñó al texto
y comencé a predicar. Yo decía palabras que no estaban en mi mente. El Espíritu Santo
hablaba por mí y la iglesia confirmaba todo lo que decía. Había mucha conmoción por mis
palabras. Cuando habían transcurrido unos cinco minutos, el Espíritu Santo me llenó: Sentí
como una carga eléctrica en todo mi cuerpo, sentía que mi lengua decía palabras como si
se había enredado y comencé a hablar en lenguas y recibí el bautismo en el Espíritu Santo.
Por momentos decía bien y podía controlar las palabras, y por momentos no. Cuando el
Espíritu Santo me dejó en mi estado normal, me di cuenta que había predicado más de
cuarenta minutos. Quedé muy satisfecho, porque la iglesia recibió el mensaje que Dios
tenía para esa noche. Esto sucedió el mes de marzo de 1962.
Jorge Alberto Fuentes
Esta experiencia tan singular y especial, también es para usted recordemos las palabras del
Señor “Porque para vosotros es la promesa (el Espíritu Santo) para nuestros hijos, y para
cuantos el Señor vuestro Dios llamare…Busque ser lleno del Espíritu Santo, y entonces no
será el mismo creyente, será un cristiano de poder y fiel testigo del evangelio.
.
BAUTISMOS EN EL ESPÍRITU SANTO EN CAMPAMENTO JUVENIL
Fuimos al campamento en Garita Palmera. Estuvo muy bendecido. Varios recibieron la
promesa y hablaron en otras lenguas. Estuve a punto de recibirla. Salimos agosto 3. Llegamos a las siete y media de la noche. Estaban carretas esperándonos para llevar las maletas. Nosotros nos fuimos a pie. Salimos a la playa bien mojados pues se vino una tormenta fuerte. Caminamos y caminamos por la playa; parecía que nunca lle-garíamos. Alguien gritó: ¡debemos orar! Y allí en la playa, bien mojados, oramos de rodillas.
Pedíamos se calmara el agua. Podíamos vernos los rostros unos con otros sólo cuando un
rayo caía y alumbraba la playa y a todos los hermanos. Empezamos a sentir la presencia del
Señor en una forma maravillosa desde la primera oración. Luego seguimos caminando. Ya
el frío se dejaba sentir. Mis dientes sonaban como maracas por el frío. Mis zapatos llenos de
agua. Alguien dijo: ¡aquí es! ¡Qué descanso! Las maletas ya se encontraban allí pero mojadas.
Mi hamaca se mojó por lo que tuve que dormir en la arena. Llegaron los otros hermanos
que venían detrás de nosotros y como pudimos amanecimos.
A pesar de todo no sentimos rendimiento. Hicimos el culto matutino en la playa a las seis
de la mañana. Desayunamos. Después las clases: Relaciones Humanas, Espíritu Santo,
Noviazgo Cristiano, Sexo, etc. Por la tarde  nos quedaba libre para bañar, jugar fútbol, ir a
navegar o dormir. Sinceramente yo creí que el Espíritu Santo no se iba a manifestar al ver
la alegría juvenil, pero fue al contrario. ¡Qué bendición! En el culto de la noche comenzó a
dirigir Tenorio y él llegó un momento cuando ya no pudo seguir hablando pues cayó ar-
rodillado ungido de la presencia del Señor. De ahí para allá el Espíritu Santo tomó el tiempo
y comenzó a bautizar a los jóvenes. Era un día de pentecostés. Me imagino como cuando
los apóstoles recibieron esta bendición en el Aposento Alto según Hechos 2. Unos lloraban,
otros gritaban de alegría. Algunos quedaron en la presencia del Señor tirados en la arena.
Todo era alabanza y adoración. Nos dormimos esa noche a las 12 ó 1 de la mañana. Fue una
noche gloriosa parecía como que fuéramos locos en aquella gritería. Dice la Biblia que las
cosas de Dios son locura a los que se pierden. En las dos noches siguientes el Señor siguió manifestándose en una forma maravillosa. La última noche fue la fogata: se hizo un fogón
y todos los campistas estabamos alrededor. Cada uno pasó a dejar un pedazo de madera
en señal de que nos queríamos consagrar a Dios. El fuego representaba el Espíritu Santo
quemando nuestras vidas. El sábado regresamos con las maletas en las carretas y nosotros
por la playa.
Realmente fue algo maravilloso ver cuántos jóvenes (iban dos buses) no hablaban de otra
cosa si no era del poder de Dios.
El domingo por la mañana fue una gran sorpresa cuando estábamos todos en el devocional
en el Centro Evangelístico. El culto se desarrolló lo normal sintiéndose la dosis especial que
los jóvenes tenían el poder de Dios. Cuando el predicador, Hermano Cristóbal Ramírez, iba
a comenzar la introducción de su sermón muchos jóvenes comenzaron a bajar del balcón
y se iban a orar al Aposento Alto, cuarto especial para orar. A  Medida que iban llegando
al Aposento Alto, se iba oyendo aquella bulla. El  Predicador dijo: “. . .realmente yo no soy
quien va a impedir la bendición de Dios, ya no sigo el mensaje y los que quieren ir a orar
con los jóvenes, vayan. . .”  Hasta allí llegó el Culto Devocional y algunos se levantaron para
orar en el Aposento Alto y otros se fueron al altar. Muchos recibieron el poder de  Dios y
hablaron en otras lenguas según el Espíritu Santo les daba que hablasen. Pasaron varias
horas y la gente orando. Muchos salieron sin poder hablar pues se enronquecieron. ¡Dios Guardado
Garita Palmera-Playas- Ahuachapán. 1971

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